Rancid

En el Londres de 1976 había buena sintonía entre el punk y el reggae, seguramente porque muchos punkis vivían en los mismos barrios que los inmigrantes jamaicanos llegados a Europa en los sesenta. Bandas como The Clash hicieron un honesto acercamiento al reggae y el ska y Bob Marley plasmó esa buena onda en su canción ‘Punky reggae party’. Rancid no estaban entonces, pero sí que han heredado ese espíritu de unión. Porque sus canciones beben de las dos fuentes.

La banda californiana comenzó su andadura en 1991, lo que quiere decir más o menos al mismo tiempo que The Offspring o Green Day. A menudo les han comparado con ellas, porque comparten ese tempo punk, próximo al hardcore, en sus composiciones. Pero Rancid, como ya se ha dicho, le conferían además un aire caribeño (muy acelerado, eso sí) que fue su toque de distinción.

El cantante y guitarrista Tim Armstrong ha sido el líder indiscutible del grupo desde su formación. El cuarteto lo completan Lars Frederiksen (guitarra), Matt Freeman (bajo) y Branden Steineckert, que se ocupa de la batería desde que sustituyó a Brett Reed en 2006.

Su primer largo llegó en 1993, se llamó como el grupo y fue grabado para Epitaph, sello independiente pero también influyente que tiene en su escudería a un  montón de nombres importantes. La descarga anfetamínica que contenía el álbum no pasó ni mucho menos desapercibida y por eso sus dos siguientes entregas, ‘Let´s go’ (1995) y ‘… and out come the wolves’ (1995) fueron recibidas con júbilo.

Rancid no sólo consiguieron en tan poco tiempo funcionar francamente bien como banda, sino también servir de influencia a otros muchos grupos. Incluso bien entrado ya el siglo XXI hay bandas que, tras comenzar su trayectoria con un sonido muy próximo al ska clásico, han ido acelerándose y acercándose al punk más provocativo gracias, según confiesan, a los californianos.

En 2023, el grupo ha sacado a la calle su undécima referencia, ‘Tomorrow never comes’, publicado por su discográfica de siempre, Epitaph, en colaboración con Hellcat. Llega tras seis años de ausencia pero devuelve a la banda en plena forma, con las mismas coordenadas musicales de siempre, con su gusto por la melodía y la velocidad intactos y con ganas de seguir haciendo ruido (del bueno) durante muchos años más.