Adamo
Estilo: Música ligera
Salvatore Adamo está muy próximo a cumplir los ochenta años pero eso no le impide seguir saliendo de gira. Lo hace para defender un cancionero que triunfó en los años sesenta y setenta y que para algunos, fundamentalmente para quienes fueron jóvenes entonces, sigue siendo eterno.
Nacido en Sicilia en 1943, Adamo es uno de los máximos representantes europeos de ese género que entonces se conoció como música ligera. Las suyas eran canciones de amor, sobre todo, que hablaban de poner las manos en la cintura de la mujer amada o pronosticaban que la que se le venía encima podía ser su gran noche. Sí, es el tema que años después popularizó Raphael, hasta el punto de que casi todo el mundo cree que es suyo.
Se inició en el mundo de la canción siendo un adolescente, cuando vivía en Bélgica. Allí obtuvo sus primeros éxitos al inicio de la década sesenta y su nombre fue haciéndose cada vez más popular en países próximos como Luxemburgo, Holanda, Suiza o Francia.
Después triunfó en su país de origen y, de camino, también en España, hasta el punto de que sus grandes éxitos fueron traducidos a nuestro idioma. Pero su fama fue aún más allá y llegó hasta Japón. Según algunos cálculos, a finales de esa década y principios de los setenta fue uno de los autores latinos que más discos despachaba y disputó bastantes veces la cabeza de las listas de éxito a los mismísimos Beatles.
No consiguió del todo, sin embargo, que la llama de su éxito se traspasara a las siguientes generaciones. Aunque ha seguido sacando discos, en la mayoría de los casos han sido recopilaciones de sus hits de antaño. Puede que en cierto modo viva de la nostalgia, pero para un hombre que ha visto traducir sus canciones a idiomas tan poco comunes como el turco o el búlgaro, mirar hacia atrás no debe ser tan ingrato. Y por encima de todo, mantiene a una parte de su público, que es el que acude a sus conciertos y le permite seguir haciendo lo que siempre le ha gustado.