Partiendo del pop-rock clásico se puede llegar a muchos sitios. Los argentinos Ciro y Los Persas han mezclado las guitarras claras y los ritmos melódicos con casi cualquier cosa que rondara por sus cabezas: funk, ritmos tropicales, blues, tango y, sobre todo, un toque acústico distintivo. Es una banda que no le hace ascos a ningún tipo de públicos y podría decirse que también ocurre a la inversa.

Andrés Ciro Martínez era el cantante de Los Piojos pero en 2009 el grupo se disolvió en plena cresta de la ola -llenando el estadio del River Plate en un concierto de despedida- y montó otro grupo junto al guitarrista Juan Manuel Gigena. El bajista Broder Bastos y el baterista Julián Isod se unieron al proyecto de inmediato.

Dos años después se unió otro guitarrista, Rodrigo Pérez, y así quedó consolidado el armazón de una banda que en sus primeras grabaciones dejó claro que bebía los vientos por artistas idolatrados a nivel mundial. The Beatles, y también McCartney en solitario, podrían considerarse sus principales influencias iniciales. Así que para ellos debió ser un honor telonear al músico zurdo más universal cuando estuvo de gira por Argentina.

No obstante, con el tiempo Ciro y Los Persas se han acercado a otros muchos estilos. Han acentuado su onda blues cuando les venían a la memoria los Rolling Stones, se han atrevido con el tango porque después de todo son de la tierra de Carlos Gardel, y hasta se han arrimado al tono punk de Iggy Pop.

Tremendamente populares en su país, donde han ganado varias veces el Carlos Gardel, el más prestigioso premio musical que se concede allí, han grabado cinco discos. ‘Sueños (un viaje en el tiempo)’, editado por 300 Producciones, se completa con un documental que refleja el día a día del grupo durante la grabación. Es un álbum en el que, por cierto, se acompañan en ocasiones de la Orquesta Filarmónica de Mendoza, lo que demuestra que sigue siendo una banda con inquietudes y con ganas de ampliar su paleta de estilos.