Incombustibles guerreros del rock duro pero también melódico, los cinco componentes de Def Lepard quieren demostrar, después de más de cuarenta años en el candelero, que siguen vivos y coleando. Su última apuesta se llama ‘Diamond star Halos’, un álbum que reincide en un estilo que el grupo, de hecho, no ha llegado a abandonar en ningún momento. Ellos, en ese sentido, aplican la máxima de los entrenadores de fútbol: lo que les funciona bien no tienen por qué cambiarlo.

Surgieron en 1978 en la ciudad inglesa de Sheffield, liderados por Pete Willis (guitarra), Rick Savage (bajo) y Tony Kenning (batería), a los que poco después se uniría a la guitarra Steve Clark. Por otra parte, antes de registrar su primer disco, Kenning cedió las baquetas a Rick Allen, icono de la banda por motivos no del todo musicales.

Def Leppard se convirtieron en poco tiempo en abanderados de un movimiento al que se llamó New Wave of British Heavy Metal, al que los aficionados también adscribieron, por ejemplo, a Iron Maiden. Sin embargo, el estilo de Def Lepard fue evolucionando hacia un rock algo más sofisticado y en el que los teclados tendrían más incidencia, algo que se puede comprobar en dos de sus álbumes más reconocidos, ‘Pyromania’ e ‘Hysteria’.

Entre esos dos discos, Rick Allen sufrió un accidente de coche en el que perdió el brazo izquierdo. Lo lógico es que hubiera abandonado su puesto, pero en un alarde de superación, prefirió seguir. Desde entonces toca una batería convencional pero complementada con elementos electrónicos que le permiten llegar donde él no puede.

Tremendamente populares en Estados Unidos, donde han vendido millones de discos, el grupo ha continuado su andadura con no pocos cambios en su formación y agradando a su nutrido grupo de fieles aficionados.