Si el jazz tiene algo parecido a una dinastía de grandes voces, una de sus integrantes más destacadas es, sin lugar a dudas, Dianne Reeves. La legítima heredera de mitos como Sarah Vaughan o Betty Carter, con una carrera discográfica de más de treinta títulos y ganadora de cinco premios Grammy,

Una de sus últimas referencias, Beautiful life (2015) fue reconocido con el Grammy a la Mejor Interpretación Vocal de Jazz por las sublimes dotes de la veterana vocalista de Detroit para fusionar elementos de R&B, latinos y pop en el marco del jazz del siglo XXI. "En su esencia", dice Reeves, "la vida es bella y yo quería celebrar esto que demasiado a menudo pasamos por alto". El álbum incluye versiones singularmente memorables de ‘Waiting in vain’, de Bob Marley, ‘Dreams’, de Fleetwood Mac, ‘I want you’, de Marvin Gaye, o ‘32 flavors’, de Ani Difranco, además de dos nuevos temas, las volcánicas ‘Cold’ y ‘Satiated’.

Reeves ha grabado y actuado en numerosas ocasiones con la Lincoln Center Jazz Orchestra y Wynton Marsalis, quien dijo de ella: "Tiene una de las voces más potentes, decididas y precisas de este o cualquier otro tiempo." También ha grabado con la Orquesta Sinfónica de Chicago dirigida por Daniel Barenboim, fue la primera cantante que actuó en el Walt Disney Concert Hall y recibió el Jazz Legends Award en el Festival de Monterrey de 2018. Su sola presencia impone como lo que es: una de las grandes.