Enric Montefusco
El que fuera fundador, compositor y vocalista de los disueltos Standstill publicó en 2019 su segundo álbum en solitario, 'Diagonal' (Buena Suerte-El Segell), que apunta al corazón mismo de la música popular y ratifica su insobornable compromiso poético-político. Ya desde el título (la otra avenida que sirve de entrada y salida de Barcelona y se ha convertido en símbolo del progreso económico), el segundo disco del exlíder de Standstill afila la crítica social y, recreando con crudeza un atípico recorrido biográfico, no abdica de su espíritu generacional.
'Meridiana' (2016) fue el título su celebrado debut en solitario, que se publicó también a través de su propio sello, Buena Suerte. Fiel a su concepción catártica del rock pero más autor que nunca, la aventura personal de Enric Montefusco supone un paso al frente tanto en lo musical como en lo literario que ejemplifica su búsqueda permanente de un lenguaje propio en las antípodas de lo reconocible.
Enric Montefusco creó, grabó y produjo las once canciones de 'Meridiana' en paralelo a su iniciación en la dirección escénica con una obra, Tata Mala, que se estrenó en el festival GREC (Barcelona).
Sin abdicar de la intensidad característica de la que siempre fue su banda, su aventura en solitario se proyecta hacia territorios poco o nada hollados en nuestra música popular. Acompañado de hasta doce músicos, dota al disco de un ambiente orgánico, terrenal, con sabor a viento y madera (guitarra española, cello, violín, acordeón, mandolina, fagot, flauta). 'Meridiana' redefine así su sonido con audacia a partir de ecos diversos: la chanson francesa, el folclore mediterráneo, las palmas flamencas, el coqueteo con el ritual percusivo de la apabullante 'Adiós' y, en definitiva, la asunción de las propias raíces que culmina en 'El riu de l’oblit', el primer tema en catalán de su trayectoria.
Y es precisamente en esa vuelta hacia el origen donde encontramos la clave conceptual de un disco que, más allá de la narración biográfica, es un retrato cultural y social, un retrato de clase, de clase trabajadora. Ya desde 'Meridiana', la canción que le da título con el nombre de la avenida en la que creció, Enric toma partido. Y 'Flauta Man', con su socarrón sentido del humor, el retablo de 'Obra maestra' o su apelación final al oyente en 'Yo delego en ti' demuestran que no se detiene.