Ivo Pogorelich

Ivo Pogorelich: le pagan por ser genial

Fuente: El Mundo, por P. Unamuno, 1-2-2016.

El pianista, nacionalizado croata, es tan conocido por sus soberbias interpretaciones, muchas de ellas recogidas en discos igualmente memorables, como por un carácter excéntrico y levantisco que, debido a un vestigio romántico, es costumbre atribuir y perdonar a los artistas de cualquier índole.

Con 20 años, Pogorelich ganó el Concurso Internacional de Casagrande en Terni (Italia), al que pronto sumó el obtenido en el Internacional de Música de Montreal. Sin embargo, fue un premio que no le dieron el que le lanzó a la fama internacional. En 1980 fue eliminado en la tercera ronda del legendario concurso Chopin de Varsovia para consternación de la gran pianista argentina Martha Argerich, que abandonó el jurado declarando que "Pogorelich es un genio".

El intérprete de Belgrado acostumbra responder a las preguntas de los periodistas con monosílabos, frases carentes de sustancia y algún que otro reproche. En días más locuaces, explicó que Argerich había dejado el jurado porque no quería someterse a la presión de los ministros de Cultura de Polonia y de la URSS, "que tenían a sus propios candidatos para el certamen".

Pocos años después, en 1984, levantó otra formidable polvareda al dejar plantado al todopoderoso Herbert von Karajan durante el primer ensayo que efectuaban para grabar el Concierto para piano nº. 1 de Chaikovski. El pimpollo dijo entonces que Karajan era algo así como una "ruina musical"; en realidad, el director había osado recordarle a él, que había vivido 10 años en Moscú, que debía tocar determinado pasaje del primer movimiento como si fuera una balalaica rusa...

A principios de los 90, cuando había firmado ya un puñado de admirables grabaciones de Bach (inolvidables sus Suites inglesas), Scarlatti, Haydn y otros, era opinión generalizada que el éxito internacional de Pogorelich le debía mucho al marketing' y él mismo admitía que la mercadotecnia desempeñaba un papel fundamental en cualquier trayectoria artística. "No puedes ser famoso en tu cocina", le dijo a Justo Romero en una entrevista de aquel tiempo.

El pianista no tuvo empacho en reconocer que sí, es posible que se sintiera una especie de "mesías", aunque "para llegar a eso es preciso recorrer un camino muy largo". Cuando Justo Romero le preguntó si sabía que en países como Italia y España se le conocía como Divo Pogorelich, repuso que "esto forma parte del folclore moderno".

Ahora, sin embargo, considera que todas las controversias que le han acompañado son un "sinsentido" creado por periodistas a quienes desea que estén "jubilados desde hace tiempo y posiblemente disfrutando del sol", según escribe en una de sus lacónicas respuestas al cuestionario enviado por este periódico.

De éstas y otras lindezas, que han corrido parejas con grandes interpretaciones en solitario o junto a las mejoras orquestas del mundo, se han ido nutriendo la carrera musical de Pogorelich y la fama que lo dibuja como un personaje difícil. También de largos retiros como el que siguió al fallecimiento de quien fue su profesora de piano, y esposa desde 1980 hasta 1996, Aliza Kezeradze.

Pogorelich tiene también su lado comprometido y altruista. En 1986 creó en Croacia una fundación destinada a becar a jóvenes intérpretes para que continuaran sus estudios en el extranjero, iniciativa que contribuyó a su nombramiento por la UNESCO como Embajador de Buena Voluntad.

En Sarajevo trabajó a través de otra fundación con el objetivo de construir una maternidad, y ofrece numerosos conciertos en favor de Cruz Roja y de la investigación contra enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple.

El sello Deutsche Grammophon ha reunido hace unos meses los 14 álbumes grabados por el músico croata. La caja Pogorelich Complete Recordings ha sido galardonada con el prestigioso Diapason d'Or francés y recoge todo el arte de este intérprete magistral en muchas disciplinas, pero no en la de la modestia.

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