Jaime Urrutia

Jaime Urrutia
Jaime Urrutia

Tras esa cosa hedionda llamada “Subid la Música” (Get, 1998), el último disco de Gabinete Caligari, editado en 1998, Urrutia decidió cortar el cable para siempre. A tomar por culo la música. 

Unos años tardó Jaime Urrutia (Madrid, 1958) para recuperarse del ocaso del mítico grupo. Exactamente tres. En el 2002 se edita su primer disco en solitario, “Patente de Corso” (DRO, 2002), que ha reeditado en 2024. Los nervios entonces eran razonables; pocos confiaban en que el talento de Urrutia recobrara la fascinación y originalidad que tuvo en los mejores discos de Gabinete. Gente de poca fe que tuvo que comerse el CD, bonus track incluidos. En su vuelta al ruedo, el de Las Ventas demostró que el talento no desaparece, y que no es casualidad que de su mente y de su garganta salieran muchos de los mejores temas de los 80 españoles.

En “Patente de Corso” no volvía al pasado, sin dejar de ser fiel a sí mismo; introducía estilo musicales variados y poco explotados en el mundo patrio, y contiuabaa con los dogmas que estableció en su época ochentera; heterogeneidad dentro de un mismo disco, letras castizas y directas, chulería y la creación de dos o tres sencillos muy diferentes entre sí, pero capaces de ser retenidos por el oyente más desconcentrado. Éstos son “¡Qué barbaridad!”, “Castillos en el aire” y “¿Dónde estás?”. Para este disco se rodeó de una nueva y convincente banda, Los Corsarios, y rescata de entre su agenda de teléfonos los de Jesús Gómez y Esteban Hirchsfield. Además, colaboran varios de sus amigotes; Bunbury, Loquillo, Calamaro…

Recobrada la ilusión y la credibilidad, un Urrutia rebosante de optimismo se lanza a la carretera con éxito y también, aprovechando la buena onda, a componer canciones para su próximo disco. En tres años ya tenía nuevo disco en el mercado; “El Muchacho Eléctrico” (DRO, 2005). Lamentable portada que envuelve un lamentable contenido. Salvamos de la quema la colaboración con Bunbury en “Nada por aquí”, o “Cariño”.

Llega el 20 de febrero del 2007. La gente hace cola en la discoteca en la que se meten rayas de confeti los famosos de Serie B, la Joy Eslava. Unos centenares de personas, treintañeros en su mayoría, entran en la sala a base de empujones. La ganadería se amansa al escuchar una música grabada de fondo; un pasodoble. Así comienza el concierto que grabó Urrutia con el patético juego de palabras “En Joy” (DRO, 2007). Echa para atrás, y nos recuerda a todos las pocas dotes de marketing y de publicidad que tiene Urrutia o quien carajo le ayude en la promoción. Ni los videoclips, lamentables, ni las portadas de los discos, que salvo “Patente de Corso” son infames, son dignas de este músico.

Volvamos al directo; fue la primera vez en toda su carrera que grabó uno. En su época de Gabinete (creo que es el único grupo de la época que jamás grabó un directo o un recopilatorio) nunca mostró interés por la grabación de un concierto, así que no había referentes. Quizás por eso se rodeó de toda una pléyade de artistas, la mayoría de ellos elegidos por intereses comerciales de las discográficas. No se entiende la aparición de nombres como Pereza, Ferreiro o Jorge Drexler. A pesar de todo, Jaime Urrutia deshoja su repertorio no solo con dignidad, sino con una solvencia y creando un ambiente único. Magnífico.

La buena aceptación mercantil le hace iniciar una nueva gira. Tras pulir bien la piedra, se embarca en giras ajenas (como la de Calamaro) y de nuevo, vuelve a componer. El álbum llega finalmente a las tiendas en mayo de 2010, en formato disco-libro y bajo el título de "Lo Que No Está Escrito" (DRO, 2010).

El inventor del ‘rock torero’ comenzó su carrera en la música con una canción entre pop y ‘del verano’ llamada ‘Maripili’, y casi 40 años después sigue subiendo a los escenarios para interpretar temas como ''Camino Soria' hasta 'La culpa fue del chachachá', pasando por 'Cuatro rosas' o 'Al calor del amor en un bar', junto a las ya solitarias '¡Qué barbaridad!' o 'Castillos en el aire'

Para bien y para mal, 'los Gabinete' fueron una de las bandas más populares de la 'movida', con títulos y estribillos que pasaron al acervo popular y casi al diccionario de la RAE. Ser tan significativo de una época concreta supuso su desaparición por implosión cuando ese momento pasó, sin llegar el trío a esperar de nuevo el regreso del péndulo del destino, que volvió en forma de prestigio para los que aguantaron el tirón en tierra de nadie. No habrá más Gabinete “porque yo no quiero y porque ni estamos en contacto. Hombre, por dinero se hace todo en la vida, pero nadie nos ha ofrecido un millón de euros como sucedió a Barón Rojo. Gabinete tiene buena leyenda y ahí se queda”. Su banda, Los Corsarios, parece también unos all-stars de época ya que en ella aparecen nombres como los Esteban Hirschfeld (Los Rápidos y Nacha Pop), Juan Carlos Sotos (La Rocka), Ambite (Los Pistones) y Javier Sevilla en la plaza que ocupara Germán Vilella de Los Rodríguez.

Fuente: lafonoteca.net y elaboración propia.

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