Janelle Monáe

Janelle Monáe
Janelle Monáe

No cabe duda de que el trono de reina de la música afroamericana es para Beyoncé, pero eso no quiere decir que sea la única diva. Janelle Monae no le va a la zaga ni en voz, ni en puesta en escena, ni en canciones, ni en producción. Además de que discos como ‘The ArchAndroid’ (2010) o ‘The electric lady’ (2013, ambos en Bad Boy Records) acreditan su poderío, ella es una estrella por derecho propio. Casi desde que nació, porque se siente así y con eso, en su caso, es suficiente.

Nacida en Kansas en 1985, siendo joven se trasladó a Nueva York atraída, más que por la música, por la interpretación. No tuvo éxito inicialmente (después, siendo ya famosa, sí que ha intervenido como actriz en cine y televisión) y volvió a mudarse, esta vez a Atlanta.

Debutó con el EP ‘Metropolis, suite I (The chase)’, editado inicialmente sólo en internet y parte de una megalómana producción del Outcast Big Boi, un álbum conceptual inspirado en la película Metropolis de Fritz Lang que después vio la luz en formato físico sin alcanzar demasiada repercusión.

Al menos, participar en ese proyecto sirvió para que a Janelle Monae se le abrieran muchas puertas y ella lo aprovechó para entregar el exuberante ‘The ArchAndroid’, donde había fundamentalmente rhythm & blues, pero también funk, soul, sonidos futuristas, ecos de David Bowie y de Grace Jones, con quien en cierto modo comparte estética… El disco fue muy apreciado por la crítica y le valió dos nominaciones a los Grammy.

Con ‘The electric lady’ llegó al número 1 del Billboard estadounidense y contó con colaboradores de lujo como el mismísimo Prince o Erykah Badu, otra diva del género. Su posterior gira mostró a la artista en todo su esplendor, reinando en un escenario y ofreciendo auténtico espectáculo. Había llegado su momento.

Su tercer disco se llama ‘Dirty computer’ y fue editado en 2018 también por Bad Boy Records, un sello que a su vez depende de Sony Music y Atlantic. Participaron en él artistas de relumbrón como Stevie Wonder o Brian Wilson (The Beach Boys) y la crítica viene a coincidir en que es un disco más difícil, que no es de los que entran a la primera sino que necesita varias escuchas para apreciarlo del todo, pero que sin duda va ganando con el tiempo.