Conocido en ámbitos rockeros y blueseros por su papel fundamental en Jon Spencer Blues Explosion –y en menor medida, también enPussy Galore y en  Boss Hog, el grupo que compartía con su mujer, Cristina Martínez-  Jonathan Spencer puede considerarse uno de esos miles de jornaleros del rock que sobreviven contra viento y marea y persisten en su empeño de seguir entregando sus canciones de tanto en tanto, sin preocuparles demasiado si van a alcanzar el éxito, o más bien siendo muy conscientes de que, si siempre les ha sido esquivo, no hay muchos motivos para la esperanza.

Después de casi tres décadas al pie del cañón y con casi dos decenas de discos publicados en los que aporta sus canciones, su guitarra y su voz, su penúltimo disfraz fue un grupo llamado Heavy Trash. Ahora vuelve a usar su nombre de pila y se hace acompañar de The Hitmakers, formación integrada por antiguos componentes de los combos ya mencionados. Músicos que vuelven a casa, por así decirlo.

Al frente de sus nuevos –y no tan nuevos- pupilos, Jon Spencer sigue a lo de siempre: rock de garaje, ruidoso y con ecos de blues primigenio. De eso hay mucho en su único trabajo publicado, ‘Spencer gets it lit’. Al borde de cumplir los 60, el cantante y guitarrista no considera que haya razones para cambiar de registro. A sus seguidores, por lo demás, no les cabe duda de que esos ritmos de siempre van a sonar a gloria bendita, sobre todo en vivo, que siempre ha sido una baza fundamental para el estadounidense.