En paralelo a su trayectoria al frente de Los Enemigos, Josele Santiago desarrolla una carrera en solitario en una línea musical distinta pero con una calidad igualmente apabullante. Posiblemente porque estamos ante uno de los mejores compositores de canciones y letristas del panorama nacional. Josele Santiago es una auténtica figura ante la que hay que ponerse en pie y, además, como decía en una de sus canciones, un tío cabal.

No lo tenía fácil cuando empezó. Labrarse una carrera en solitario al margen de Los Enemigos no es tarea sencilla. Su particular voz, su forma de escribir, su cadencia al cantar, su manera de narrar historias estaba demasiado identificada con el nombre de su grupo como para que pudiera considerarse su carrera como algo con entidad propia. Pero lo ha conseguido. El acercamiento de su música más al perfil del cantautor ha sido la clave para ello, pero también lo ha sido el rodearse de gente más joven que aportara un nuevo punto de vista a sus canciones y su sonoridad. 

La primera prueba de su solidez y brillantez la dio En 2004 con ‘Las golondrinas etcétera’ (Virgin),  un trabajo que reunía trece canciones con el mismo poder evocador de siempre, aunque dejaba ver una apuesta más reposada, en la senda de cantautores añejos como Randy Newman, Tom Waits o Neil Young. Kiko Veneno, por su vuelo poético, podría ser otra referencia a nivel autóctono. Fue grabado con el apoyo de Virgin Records en octubre de 2003 en Estudios Musigrama (Madrid), bajo la producción de Nacho Mastretta, que construyó un sonido orgánico y rico en matices. La portada, diseñada por Javier Aramburu con fotografía de Luis Baylón, refleja a un Josele vestido de traje tirando como un loco de una burra igualmente tenaz, y se interpretó como una reivindicación de su convicción -o terquedad- por sacar su proyecto adelante ante la indiferencia mayoritaria -la sombra de Los Enemigos era aún alargada-. Aunque no fue un éxito de ventas, la crítica recibió el álbum con entusiasmo y las revistas Rolling Stone y Rockdelux lo encumbraron como disco nacional del año.

La puesta en escena de ‘Garabatos’ (Virgin, 2006) fue más modesta, aunque el disco contiene algunas de sus mejores piezas en solitario. Pablo Novoa asumió la producción de un disco grabado, al igual que su predecesor, en riguroso directo durante cuatro días en los estudios Cinearte (Madrid). Las guitarras de Novoa y el chelo de Marina Sorín son, a nivel de sonido, los grandes protagonistas de un trabajo que mostró que Santiago, con mayor o menor acierto, cada vez estaba más suelto y liberado de las inercias de su etapa anterior.

El siguiente episodio fue ‘Loco Encontrao’ (El Volcán, 2008), álbum que se grabó con un dream team de músicos de sesión bautizados como Sus Menudencias, de nuevo con Novoa al timón. La intención era poder hacer una gira completa con la banda, aunque no fue posible por motivos económicos. La gran novedad es el cambio de sello. Santiago da un giro de 360º para trabajar con la pequeña discográfica El Volcán. ‘Loco Encontrao’ es un disco redondo, con excelentes canciones y muy bien grabado, que supuso otro salto adelante para el músico, con un éxito relativo; sin aspirar a grandes cifras de ventas, cada vez ganaba más adeptos para la causa.

‘Lecciones de Vértigo’ (El Volcán, 2011), llegó coproducido por Pablo Novoa y el propio Josele Santiago, y grabado en febrero de 2011 en Madrid (Estudios Infinity). Título basado en una dedicatoria del escritor chileno Roberto Bolaño a sus hijos, ‘Lecciones de Vértigo’ gira hacia el clasicismo, con un tono más rockero y eléctrico que sus tres hermanos mayores. La portada, una pintura de Santiago Bueno, refleja cómo mira un hombre a sus zapatos, “el primer vértigo del día a día”, según el autor. Las canciones, sin dejar a un lado las habituales múltiples lecturas de las letras,  dan una sensación de mayor inmediatez y sencillez. El trabajo es quizá el más fácil de digerir del músico y aporta nuevos temas imprescindibles para el repertorio en directo.

2012 fue el año del regreso de Los Enemigos, con una gira, lo que hizo que Josele Santiago aparcara su carrera en solitario. Pero en 2017 regresó con 'Transilvania’ (Altafonte), otra colección de canciones impresionantes y posiblemente su obra cumbre en cuanto a letras. Con un sonido premeditadamente más frío y Raúl Fernández Refree en la producción, Josele vuelve a echar el freno de mano para no desmandarse con la electricidad, a la que sólo acude cuando lo ve necesario, y arma un disco que, en un sentido amplio, hasta podría considerarse en la línea de la canción protesta. Aunque sin perder de vista nunca ni el lirismo ni la ironía marca de la casa.

Antes de regresar a los estudios de grabación y a los escenarios con Los Enemigos, Josele Santiago registró ‘Conde Duque en directo’ (2019, Altafonte), presentado en formato de CD y DVD Da cuenta de un excelente concierto en un lugar con una acústica fantástica y en el que, por añadidura, se rodea de un elenco de músicos formidables y de invitados de lujo como David Krahe, Leonor Watling, Jairo Zavala (DePedro) o Johnny Burning.