Al blues le pasa un poco como al rock: muchos consideran que son géneros en vía muerta (cuando no definitivamente acabados) pero siguen teniendo un montón de seguidores y, sobre todo, continúan surgiendo artistas dispuestos a mantener viva su llama. En el caso del blues, el cantante y guitarrista Kenny Neal es un buen ejemplo de esto.

Nacido en 1957 en la emblemática ciudad de Nueva Orleans, creció escuchando a los clásicos y empapándose de su esencia. Contribuyó mucho a su pureza el hecho de que su padre, Raful Neal, fue amigo y compañero de fatigas de mitos como Slim Harpo y Buddy Guy.

Con la banda de éste empezó su carrera cuando sólo era un crío. Después, ya en solitario, su sonido ha estado influido por el blues de esa zona, tan pronto pantanoso como festivo, y casi desde el principio se decantó por la vertiente eléctrica al ver que era donde se desarrollaba mejor.

Debutó en 1987 con ‘Bio in the Bayou’, un título bastante descriptivo del lugar de donde proviene, y sus cinco siguientes trabajos los grabó con una discográfica mítica en el mundo del blues, Alligator Records. Eso le confirió categoría y caché entre los amantes del género, le hizo ganar prestigio, conseguir tres nominaciones a los Grammy y finalmente, en 2011, pasar a engrosar la lista de los músicos que entran en el Louisiana Hall of Fame, institución bluesera donde las haya.

Artista prolífico, ha editado un total de 19 álbumes. De ‘Straight from the heart’, editado en 2022 por la independiente Ruf Records, las críticas difícilmente podrían ser mejores. “Es buenísimo”, resume el periódico digital La Hora del Blues, mientras que otra página de referencia, El Giradiscos, destaca que es probablemente su álbum más personal y un trabajo “del que su padre se sentiría orgulloso”.