Al muy loable propósito de preservar la tradición cultural y musical autóctona se dedica la Ronda de Boltaña, conjunto formado en 1992 en la localidad aragonesa que llevan en el nombre -ubicado en la provincia de Huesca- y que pasó buena parte de 2023 presentando en directo ‘La estación de las violetas’, el disco que publicó un año antes la compañía Rondadors.

Es el séptimo álbum de un grupo multitudinario, de catorce componentes, en el que caben instrumentos como el laúd, la bandurria, la gaita o el acordeón. Su propósito, desde el principio, fue recuperar un género que se estaba perdiendo con los años, la ronda, fundamental en las fiestas de los pueblos.

Lo llevan haciendo desde entonces. Han dado más de 900 conciertos, fundamentalmente en Aragón aunque su música ha traspasado fronteras. Están en activo y no piensan parar. “Y lo que te rondaré, morena”, advierten ellos mismos con el entusiasmo propio de quien cree en las cosas que hace y que, además, obtiene el reconocimiento popular por hacerlo tan bien.

El popular y también el oficial. En 2017, el Gobierno autonómico concedió a la Ronda de Boltaña la Medalla de las Cortes de Aragón por su “compromiso social y cultural” con la tierra, por “recuperar la identidad aragonesa” y por “rescatar a través de la música tradicional las esencias de nuestro patrimonio inmaterial para adaptarlas al presente y hacerlas útiles para el futuro”. Si eso no vale más que diez discos de oro, que lo diga alguien.