Los Toreros Muertos
23 años de reflexión se tomaron Los Toreros Muertos antes de realizar su particular 'maniobra de resurrección', como los 091, pero ahora le han cogido el gusto y no quieren volver a enterrarse, porque le han cogido el"gustillo" a esto de viajar los fines de semana y terminar las noches enloqueciendo a los asistentes y a ellos mismos, desde el momento en que se suben al escenario.
“Somos algo mucho más evolucionado que un grupo de rock: somos un grupo de payasos” aseguraba Carbonell cuando anunciaba su regreso al mundo de los vivos, sin miedo alguno al entumecimiento de tanta pausa: “En directo nunca nos equivocamos y si nos equivocamos somos capaces de perdonarnos”. De hecho, precisamente en directo registraron su disco 'live' en el teatro Falla gaditano.
En 2016 publicaron un nuevo disco, 'Colegio Javier Krahe' dedicado a hacer a su manera las canciones del ilustre autor castellano, de las que alguna de ellas ya sonó en los conciertos de Carbonell en solitario.
Los miembros originales de la formación, Carbonell, Many Moure, Fernando Polaino y el batería Tony Iglesias, (sin Piccolini, 'exiliado' en Argentina) volvieron a reunirse para compartir su sabiduría, que ha permitido que el estribillo de 'Mi agüita amarilla' no solo sea un hit mundial del excusado, sino que además se use en las escuelas para explicar el ciclo natural del agua en el mundo.
Los Toreros Muertos se formaron en 1986 y llegaron a ser una de las bandas más populares de aquellos años hasta su desaparición en 1993. Dejaron cuatro discos y cientos de delirantes conciertos: uno de ellos marcó la mayoría de edad del Festival del Zaidín, a donde llegaron por el empeño personal del malogrado Isidro Olgoso. ‘Mi agüita amarilla’, ‘Mi amigo Manolito’, ‘Soy un animal’, ‘Hoy es domingo’, ‘On the desk’ o ‘Tu madre tiene bigote’ son los temas que vuelven a sonar en su última gira 'Bicicleta estática'.