Es el ritmo. La cadencia. El metrónomo audaz que se salta todas las reglas. Todo eso y mucho más es Mark Guiliana, uno de los más reputados bateristas surgidos de la escena del jazz mundial.

Alguien dijo de su música que era como mezclar a Elvin Jones y Art Blakey con una caja de ritmos 808 y luego dividirlo por J Dilla y multiplicarlo por Squarepusher. No es mala forma de definir a un hombre que ha tocado para David Bowie, Brad Mehldau, Avishai Cohen o Matisyahu, y que ha fomentado un interés genuino por el jazz, la electrónica o cualquier aventurada sofisticación rítmica que se le haya puesto a tiro.

Nacido en Nueva Jersey en 1980, compositor, educador, productor y fundador del sello discográfico independiente Beat Music Productions, lidera su cuarteto más clásico, el que integra junto al bajista Chris Morrissey, el pianista Shai Maestro y el saxofonista Jason Rigby. Un batería sin igual al frente de una banda también sin parangón, de eficacia más que contrastada.