Nikki Hill
"La hija de Tina Turner y Little Richard y sobrina de James Brown y Chuck Berry", como ha llegado a bautizarla la prensa especialziada, sorprendió en 2013 al mundo entero con su álbum debut 'Here's Nikki Hill', en el que exhibía su incendiaria manera de cantar, heredera directa de las heroínas del rhythm&blues con denominación de origen góspel como LaVern Baker, Etta James o Ruth Brown. Como ellas, esta cantante nacida en Durham, Carolina del Norte, pero instalada en Missouri, comenzó cantando en el coro de la iglesia hasta que, casada con el guitarrista Matt Hill, este decidió quee que lucía mejor sobre el escenario que detrás de la barra del bar donde ejercía de camarera.
Ojo clínico el de Matt, pues desde que pusiera patas arriba el Viva Las Vegas Festival, el más importante de los certámenes de roots music de los Estados Unidos, donde provocó un entusiasmo que no se había visto en años, el ascenso de Nikki ha sido imparable a un lado y otro del Atlántico.
A finales de 2018 publicó su último disco, "Feline Roots". Hill deja que su alma se desgarre con esta nueva colección de canciones, mostrando su postura ahora ya más conocida defendiendo a los pioneros de las raíces y el rock n 'roll, mientras permanece en perpetuo movimiento hacia adelante, invitando a cualquiera que quiera participar en el viaje. Las canciones imaginan al rockero de alma sureña a veces agitando su bandera en señal de rendición, y al momento siguiente encuentra vuelve a la lucha, doblándose a través del blues sobrealimentado, el alma punk, el gospel tent revival, los gritos de rockabilly, lo que sea necesario para llegar allí.
En su anterior disco, “Heavy Hearts, Hard Fists” (2015), que mostraba el lado soul más ardiente de una Nikki Hill impulsada por el boogie rugiente de su banda, de la que se dice que es una mezcla de The Staples Singers y AC/DC, en la que sobresalen los riffs volcánicos de su marido Matt y la espectacular guitarra de Robert Nesbit.