Rammstein

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Dentro del mundo del metal hay muchas ramificaciones. A los verdaderos aficionados no les gusta que desde fuera se catalogue todo bajo el mismo epígrafe: heavy. Porque eso es genérico; profundizando se ven diferencias: thrash, death, black… Los alemanes Rammstein, por ejemplo, se sitúan en una categoría que algunos han bautizado como metal industrial y otros como metal progresivo. Ellos mismos, para rizar el rizo, han asegurado que lo suyo es Tanzmetall, que traducido significa metal de baile.

En cualquier caso, al margen de etiquetas y catalogaciones, el caso es que el conjunto germano, que desde que empezó su carrera en 1994 ha vendido más de 50 millones de discos y han sido nominados en dos ocasiones a los premios Grammy.

Como tantos otros, Richard Kruspe y su familia huyeron de la extinta República Democrática Alemana y, tras un azaroso viaje, se instalaron en la parte occidental del país. Pero tras la caída del muro, en 1989, volvió varias veces a su ciudad de origen y allí conoció a Till Lindemann. El primero se encargó de la guitarra, el segundo de cantar y ahí surgió la semilla de Rammstein.

Junto a Paul Landers (guitarra), Christian Lorenz (teclados y artífice de que el grupo se decantara por el alemán como idioma para sus canciones), Olivier Riedel (bajo) y Christopher Schneider (batería), todos ellos nacidos también en la República Democrática Alemana, empezaron una trayectoria en línea ascendente que se ha plasmado en ocho discos de estudio –el último de ellos, ‘Zeit’, registrado en 2022 para la compañía Universal- y otros cuatro en directo.

Aunque del directo de Rammstein merece la pena detenerse no sólo en su componente musical, sino en su complemento visual. El asistente a un concierto suyo va a presenciar un espectáculo en toda regla en el que no faltan los juegos pirotécnicos. En este aspecto lleva la voz cantante –nunca mejor dicho- el vocalista. Lindermann es muy aficionado a las cosas que arden y en las giras viaja con un lanzallamas que no duda en usar en las actuaciones.

El paso del tiempo no les ha hecho perder la energía ni tampoco el favor de un público que llena los recintos para verles. Con los años, también, Rammstein ha aceptado a grabar canciones en otros idiomas distintos al de su país de origen. No sólo el inglés, que obviamente es el que más puertas les ha abierto, sino también el español. En castellano registraron un tema de nombre muy explícito: ‘Te quiero puta!’.