Es probable que apelativos como ‘el nuevo Springsteen’, más que hacerle un favor, le hicieran daño. Porque Steve Earle es un músico con entidad suficiente como para no tener que ser comparado con nadie, y conste que esto no es criticar al Boss, que sin duda es un grande. Es simplemente constatar que, sin necesidad de recurrir a otros, se puede y se debe ensalzar la figura de alquien que, como Steve Earle, ha sabido insuflar aire nuevo a un género tendente al inmovilismo, como el country.

Nacido en 1955 en el estado de Virginia, Earle es uno de esos muchos artistas que puede decir con orgullo que el rock le cambió la vida. En su caso ocurrió tras presenciar un concierto de Lynyrd Skynyrd y ver al grupo en los camerinos. Tenía sólo 13 años y cuenta que el cantante de la banda, Ronnie Van Zant –que en 1977 perdió la vida en un accidente de avión junto a otros integrantes del grupo- le dio un collar y le dijo que, si trabajaba mucho y creía en lo que hacía, llegaría a ser una estrella del rock.

A ello se puso desde que dejó los estudios, aún en la década de los setenta. Trabajó como músico de estudios, puede presumir de que en una canción hizo coros con la gran Emmylou Harris y compuso bastantes temas en una onda próxima al rockabilly clásico. Pero no fue hasta 1986, cuando ya había entrado en la treintena, cuando llegó su primer álbum, titulado ‘Guitar town’.

Desde entonces, con altibajos creativos y con una existencia marcada por su gran talento, pero también por sus excesos con las drogas y con coqueteos con las armas de fuego que incluso le llevaron a la cárcel, Steve Earle ha entregado la nada desdeñable cantidad de 27 álbumes, el último de ellos llamado ‘Jerry Jeff’ y distribuido en 2022 por la discográfica New West.

Junto a artistas como Lucinda Williams, Drive by truckers o Wilco (aunque éstos son más eclécticos), Steve Earle pasa por ser uno de los nombres ilustres de un género que a lo largo de la historia ha adoptado diversos nombres. En los ochenta, cuando el auge de bandas como Jason & The Scorchers, The Long Ryders o hasta los primeros REM, a aquello se le llamó Nuevo Rock Americano.

De un tiempo a esta parte se le llama Americana, pero para el caso viene a ser lo mismo: música de raíz claramente norteamericana, que entronca con pioneros como Johnny Cash pero que ha ido evolucionando con el tiempo y ofreciendo al mundo temas inolvidables de gente como John Hiatt, John Cougar Mellecamp, Springsteen y… sí, en el mismo saco, Steve Earle. Pero sin comparaciones.