The Strokes
Estilo: Rock and roll/Garage
Muchos la tienen por la primera banda de rock and roll del siglo XXI, probablemente porque su disco de debú, ‘Is this it’ (RCA, 2001) supuso un éxito incontestable y su reivindicación como grupo defensor de las guitarras de toda la vida. No habían inventado la rueda, pero sabían cómo hacerla girar, y de eso se enteró todo el mundo. O todo el que quiso, al menos.
The Strokes se fundaron en Nueva York cuando se reencontraron allí dos amigos de la infancia que se habían conocido en un internado suizo. Decidieron montar un grupo en el que Julian Casablancas fuera el cantante y Albert Hammond Jr. (hijo del ilustre cantante y compositor del mismo nombre) tocaría la guitarra. Junto a sus compinches Fabrizio Moretti (batería), Nick Valensi (guitarra) y Nikolai Fraiture (bajo) empezaron a tocar en garitos neoyorkinos en 1999 y en sólo dos años alcanzaron el estrellato con el citado álbum.
De repente, el grupo empezó a sonar en todas partes. No sólo en los Estados Unidos sino también en todo el mundo anglosajón y en Europa. Fueron bendecidos por la crítica y por otros resistentes del rock de guitarras como White Stripes y canciones como ‘New York City cops’ o ‘Last nite’ les hicieron vender más de un millón de copias en los países anglosajones. Para un arranque no está nada mal.
Las buenas sensaciones había que confirmarlas con el disco de continuación y eso es precisamente lo que les pasó con ‘Room on fire (2003)’, que estilísticamente no aportaba casi ninguna novedad -es posible que muchas de sus canciones ya estuvieran compuestas y no pudieran entrar en el álbum anterior- pero mantuvieron a The Strokes en la primera fila en su país y en el Reino Unido, además de ganar más adeptos en Europa e Hispanoamérica.
‘First impression of Earth’, publicado en 2006, llegó cuando la banda parecía obligada a dar pruebas de su autenticidad a cada paso. Eran muy populares, es cierto, pero parecía que tenían que demostrar continuamente su pedigrí para no ser tildados de niños ricos que han tenido suerte. Por eso se habían esforzado en reivindicar, en directo y en caras b de singles, a formaciones como Ramones o The Clash, y por eso se pusieron en contacto con Eddie Vedder, de Pearl Jam, y con Josh Homme, de Queens of the Stone Age, para grabar una versión de Marvin Gaye.
Pese a eso y a que eran notoriamente mejores músicos que cuando empezaron, parecía que la fórmula empezaba a gastarse y el eco de ese disco fue menor. Julian Casablancas anunció un cese temporal de actividades en 2007, que él aprovechó para iniciar una carrera en solitario, cosa que también hizo Albert Hammond Jr.
‘Angles’, su cuarto trabajo, llegó en 2011 tras cuatro años de parón y el grupo aseguró que era una vuelta a los orígenes pero con la particularidad de que estaba más hecho entre todos, que los cinco componentes habían colaborado más en su elaboración. Pero la sombra de ‘This is it’ era demasiado alargada. Además de ganar premios como el de Mejor disco de la década para la revista británica NME, resulta que ese disco de partida ya había vendido la friolera de ocho millones de copias aquí y allá. Y su contenido era el que demandaba la gente cuando iba a ver a The Strokes. Lo nuevo interesaba mucho menos.
De ahí que ni ‘Angles’ ni ‘Countdown Machine’ (2013) tuvieran una repercusión remotamente comparable. Aunque nunca dejaron de estar en activo, se centraron más en su trabajo en directo. Pero en el rock, como se sabe, casi todo es cíclico. De ahí que ‘The new abnormal’, publicado en 2020 por Cult Records y hasta ahora su última referencia, fuera recibido con expectación por una nueva generación de aficionados a los que sus hermanos mayores -cuando no sus padres- habían puesto casi veinte años antes el tan nombrado ‘Is this it’.
Y para que ese regreso -peculiar, porque la banda nunca se fue- se haga aún más con todas las de la ley, a finales de 2022 The Strokes anunciaron que iban a empezar nuevo material con el legendario productor Rick Rubin, especialista en revitalizar carreras más o menos oxidadas.