The Vaccines es una banda londinense de indie-rock que entró como un torbellino en la escena musical británica y que, como se ha demostrado a lo largo de su trayectoria, llegó para quedarse. Surf, fuzz y toques electrónicos adornan sus canciones de vocación melódica.

El grupo se formó en Londres alrededor de 2010, aunque no sería hasta febrero del año siguiente cuando debutaran con su primer single, ‘Post-Break-Up Sex’. El tema llamó inmediatamente la atención de los medios ingleses, que confirmaron poco más tarde, cuando vio la luz su primer álbum, ‘What Did You Expect From The Vaccines?’ (Columbia, 2011), que habían encontrado su permanentemente buscada ‘next big thing’. Por cierto, ¿qué se habría dicho del nombre de ese álbum si hubiera visto la luz cuando las vacunas del Covid generaron escepticismo y hasta rechazo por parte de un pequeño grupo de personas?

El disco se convirtió en superventas, llegando al disco de platino, y volvió a poner en primera línea el rock urgente y guitarrero, con un punto gamberro y evasivo, heredero de The Strokes o incluso The Jesus & Mary Chain, que les valió comparaciones con Surfer Blood o The Drums, como unos Ramones más sofisticados, que se movían con soltura entre el punk amable de los tres acordes y una cierta querencia ruidista y de psicodelia amable de andar por casa.

Una alquimia que perfeccionaron con su siguiente paso, el álbum ‘Come on Age’ (Columbia, 2012), con el que alcanzaron el número 1 e hizo a la banda popular a nivel mundial con temas como ‘If You Wanna’, ‘Teenage Icon’, ‘Norgaard’ o ‘20/20’.

Con esa fórmula infalible, que el grupo destila con asombrosa facilidad, el cuarteto formado por Justin Young a la voz y la guitarra, Árni Hjörvar al bajo, Freddie Cowan a la guitarra y Pete Robinson a la batería, se convirtió en una de las sensaciones de la década, en uno de los grupos más populares entre la chavalada indie.

Con el tercer álbum, ‘English Grafitti’ (Columbia, 2015), The Vaccines abrieron su paleta de estilos, haciendo bueno el dicho que asegura que, para los grupos de rock, su tercer álbum es el de la madurez. De todas formas, es un trabajo con el que siguieron dando en la diana con su música inmediata de estribillos irresistibles, en especial los de sus cuatro singles.

‘Combat Sports’ (2018) y ‘Back in love city’ (2021, ambos en Columbia Records, su casa de toda la vida), son discos que los han consolidado como unos clásicos modernos del rock hecho en Gran Bretaña. Ellos han seguido evolucionando y en esas dos últimas referencias discográficas han empezado a apostar más por la música electrónica y los sintetizadores, aunque persisten en su idea de hacer estribillos rompedores, de esos que los fans cantan a voz en grito en los pubs y en los conciertos. No han perdido su punto gamberrete aunque por el camino hayan adquirido, con los años y las tablas, algo más de seriedad.