Rubén Pozo

Tras su aventura con Pereza, Rubén Pozo inició su camino en solitario con 'Lo que más' (2012), 'En marcha' (2015) y “Habrá que vivir” (2017), en los que ha mantenido su sello estilístico: rock tequilero de guitarras afiladas y letras desenfadadas. 

En los últimos años se le ha visto a menudo formando pareja con Lichis, con quien editó el álbum conjunto "Mesa para dos" (2020).

Con 'En marcha' exploró el rock desde una amplia variedad de ópticas: del folk a la ranchera, en acústico o eléctrico, acelerado o con el freno puesto. Fue un disco de aire californiano, con guitarras que guiñaban el ojo a Tom Petty o The Byrds.

No abandonó del todo esa influencia americana en 'Habrá que vivir', un disco cien por cien Rubén Pozo, tan ratonero y pegadizo como siempre. Y también más divertido. 'Caperucita feroz' era una buena muestra, casi un juego con el que Rubén entretiene y se entretiene, sin perder de vista que el rock es el punto de partida y el objetivo final de sus composiciones. Rock, como se ha dicho tantas veces, en la línea de un estilo que tejieron bandas como Burning, Leño o Tequila.

Prescindió Rubén de las versiones en su última entrega, aunque recurrió a la colaboración de Ariel Rot en uno de sus temas. Algo del poso que le dejó la gira con Mark Olson, ex de The Jayhawks, se desprende también de sus canciones. Y mucho del escenario acumulado después de tantos conciertos en salas de España y México en los últimos dos años.