The Meteors
- The Meteors / Rock and roll/Garage
Los que dicen que el rock and roll ha muerto no llevan razón por más que sea un soniquete que se lleva repitiendo muchos años. Siempre ha habido, hay y (probablemente) habrá gente que se empeñe en escucharlo y grupos que proporcionen esa música maravillosa de la que, no nos olvidemos, germinaron tantísimas cosas. Grupos como The Meteors.
Lo suyo es ciertamente básico: guitarra, voz, contrabajo y batería. Y su música es sucia, directa, visceral. Llega a las terminaciones nerviosas e incita a bailar, a soltar adrenalina, a desparramar, en el buen sentido, en una sala de conciertos y a compartir alegría, sudor y buenas vibraciones con amigos y compañeros de afición.
Se formaron en el Reino Unido en 1980 y su líder fue desde el principio el cantante y guitarrista P. Paul Fenech, al que se unió el contrabajista Nigel Lewis, que había sido antes compañero suyo en la banda Raw Deal, y el baterista Mark Robertson. Tras algunos cambios de formaciones, de la alineación inicial sólo permanece Fenech.
En la época en la que dieron sus primeros pasos, lo suyo fue encajonado en un subgénero que llamaron psichobilly, lo que venía a ser una mezcla entre el predominante rockabilly clásico con raíces bien ancladas en la década de los cincuenta, y algunos elementos musicales y estéticos (algo siniestros, un poco góticos) pillados del after punk. Era algo que también hacían grupos como The Cramps, mucho más populares, pero los fans de The Meteors aseguraban que sus ídolos eran los únicos que hacían auténtico psichobilly.
Sin echarle nunca mucha cuenta a si lo suyo era o no famoso o si tenía demasiada repercusión comercial, The Meteors se han labrado una carrera muy prolífica, hasta el punto de que han registrado casi sesenta discos. El último de ellos se llama «40 Days a Rotting» y se publicará en 2024 a través de Mutant Rock Records. De él se han lanzado dos singles adelanto: «Murder Party» y «Dead Man’s Hand».
Su anterior refeferencia es ‘Dreamin´ up a nightmare’ y salió en 2021 con la independiente Mutant Rock Records.
Aproximadamente la mitad de sus álbumes son en directo, que es el hábitat natural de la banda. Ahí, la voz poco trabajada pero sin duda auténtica de Fenech consigue llevar al paroxismo a los parroquianos, que a veces no son muchos pero, para compensar, se lo pasan en grande.