Queens of the Stone Age

En la frontera entre los siglos XX y XXI, una banda californiana nació con la aspiración de tomar el relevo a otros muchos grupos que en las décadas anteriores habían cantado con orgullo que lo suyo era el rock. Se pusieron por nombre Queens of the Stone Age y, sin perder por ello ni la autenticidad ni su condición de grupo alternativo ni pasarse a lo que llaman mainstream, ha acumulado discos de oro en su país natal y también en Gran Bretaña y Europa, demostrando así que siempre ha habido, hay y habrá sito para el rock potente, ese que tiene guitarras potentes y que molesta a los más puritanos.

El grupo se ha articulado siempre en torno a la figura de Josh Homme, cantante y guitarrista que en 1997, abandonó la banda en la que militaba, se llevó con él al bajista Nick Olivery y al baterista Alfredo Hernández y decidió seguir la estela de otras formaciones como Foo Fighters o Screaming Trees. Curiosidad al canto: Dave Grohl y Mark Lanegan, los líderes de esos dos combos, han colaborado con los Queens.

Su debú se produjo en 1998 con un disco homónimo pero empezaron a tener repercusión de verdad a raíz de ‘Rated R’, publicado en el año 2000 por Interscope Records, su discográfica de referencia en los cuatro álbumes siguientes. Después, con Matador Records, han grabado ‘Villains’ en 2017 y ‘In times New Roman’ en 2023.

En el camino, Homme ha tenido el privilegio de grabar también un muy interesante disco con el mítico Iggy Pop, ‘Post pop depression’, que vio la luz en 2016. A Homme, fan absoluto del que fuera el cantante de The Stooges, no le importó gran cosa que su nombre saliera en letras mucho más pequeñas que el de su ídolo. Le queda el orgullo de haber sido su productor y haber logrado una revisión al alza de la carrera de la fiera de Detroit.

‘In times New Roman’, por cierto, llega precedido de un rumor que ha atraído a muchos fans: algunos medios aseguraron que los Queens habían vuelto a contar con los servicios de Dave Grohl, lo que en la práctica habría significado un atractivo choque de trenes entre el sonido de la banda californiana y el del grupo liderado por el antiguo baterista de Nirvana. Aunque el propio Grohl lo desmintió, el runrún no cesó del todo y el resultado es que el disco ha sido recibido con muchas expectativas.