Iggy Pop

Iggy Pop

Estilo: Rock and roll/Garage



Iggy Pop

La ley de vida es implacable, así que cada vez quedan menos auténticas estrellas del rock and roll que sigan vivitas y coleando. Iggy Pop es una de ellas y quienes le han visto en el escenario pueden acreditar que no es alguien que viva arrastrando su leyenda sino que sigue en plena forma, tan salvaje (o casi) como cincuenta años atrás.

James Newell Osterberg, que tal es su verdadero nombre, nació en la localidad de Muskegon, en el estado de Michigan, en 1947 y no empezó su carrera como cantante sino tocando la batería. En concreto en un grupo llamado The Iguanas, del que pilló el apodo con el que se hizo posteriormente popular. Eso ocurrió a finales de los sesenta, en tiempos en los que los jipis pedían paz y amor pero otros individuos, más aguerridos, abogaban por una música más combativa.

Fue el caso de los MC5, de Detroit, y de The Stooges, banda en la que, ya como vocalista, se integró Iggy Pop a finales de la década. Junto al guitarrista Ron Asheton, el bajista Dave Alexander y el baterista Scott Asheton hizo discos inconmensurables como el que llevaba el nombre del grupo, publicado en 1969, y ‘Fun house’’, que data de 1970.

Aquello era energía salvaje llevada a su máxima expresión, especialmente en unos abrasivos directos en los que podía pasar de todo y en los que era más que habitual que Iggy Pop se autolesionara con vidrios o cualquier otro objeto punzante. Esa actitud provocadora y abiertamente desafiante a lo establecido fue sin duda el origen del punk, un género que nació en Estados Unidos y no en Inglaterra, como erróneamente creen muchos, y del que Iggy Pop es, por lo menos, uno de sus padrinos.

The Stooges es uno de esos grupos que ha ido y vuelto muchas veces, pero la carrera de Iggy Pop no se limita a sus correrías con los hermanos Asheton y demás compinches. En los setenta inició una trayectoria en solitario en la que le ayudó de manera decisiva su amigo David Bowie, que le rescató (casi literalmente) de la muerte cuando convivieron en Berlín y que luego le produjo álbumes maravillosos como ‘The idiot’ y ‘Lust for life’, ambos editados en 1977. Gracias a esa unión de talentos, Iggy logró algo muy parecido a un hit mundial, la inmortal canción ‘The passenger’.

Desde entonces, la Iguana ha publicado otros 17 trabajos, el último de ellos titulado ‘Every loser’’ y publicado por Gold Tooth y Atlantic Records en 2023. Además, ha colaborado en multitud de proyectos y ha establecido interesantes simbiosis con artistas que sin duda bebieron de su fuente, como Josh Homme, de The Queens of the Stone age, con quien hizo en 2016 un muy notable disco llamado ‘Post pop depression’.

A una edad en la que muchos están para sopitas (y otros muchos criando malvas), con el cuerpo destrozado por mil batallas -“cogido con pinzas”, según sus propias palabras- Iggy Pop sigue incendiando los escenarios que pisa. Le da igual que sean lugares de alcurnia como el Teatro Real de Madrid, que a los siete minutos ya estará con el torso desnudo y escupiendo rock and roll por el colmillo. A lo mejor es porque no sabe hacer otra cosa, pero hasta el menos afín a su obra tendrá que reconocer que esa la hace realmente bien.

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