María Toro
Estilo: Jazz/Swing
Nacida en 1979 en A Coruña, vive sin separarse de su flauta desde los 8 años. Tras obtener el título superior y hacer incursiones en la música tradicional gallega y portuguesa, comienza a interesarse por el jazz y otras músicas populares, lo que le lleva a trasladarse a Madrid en 2005. Allí combina su trabajo con los estudios en la Escuela de Música Creativa. En esos años, Toro recibe diversos premios y becas, y asiste a prestigiosos cursos por toda Europa, con profesores de la talla de Jorge Rossy, Michael Kanan, Peter Bernstein o Benny Golson. En simultáneo, se lanza al flamenco. Durante ese tiempo absorbe las referencias de los grandes del género, y por supuesto del máximo representante de su instrumento, Jorge Pardo. A raíz de su relación con la escuela Amor de Dios, empieza a trabajar en compañías, con las que hace giras por todo el mundo.
En 2011 se traslada a Nueva York, plataforma definitiva para su carrera. Allí toca en lugares emblemáticos, como Blue Note, Joe's Pub o 55 Bar, donde comparte escenario con Savion Glover, Jack DeJohnette, Ross Pederson, Richard Bona o Jean-Michel Pilc, este último participante del primer disco de Toro, A Contraluz. Paralelamente, en 2012 entra a formar parte de la renombrada compañía suiza
Flamencos on Route, con la que gira y forma parte estable en varias temporadas. En 2013 se afinca en Río de Janeiro, mientras compagina sus otros trabajos en Europa y Estados Unidos. En 2017 graba su segundo trabajo en Río, Araras, fruto de su relación con grandes del jazz y la música popular brasileña como Toninho Horta, Guinga o Hermeto Pascoal. Hoy completa el círculo con su reciente regreso a Madrid, base de sus nuevos proyectos.
María Toro desarrolla su música con diferentes componentes según el país en el que trabaje. En los últimos cinco años, la flautista y compositora se ha presentado en escenarios de España, Suiza, Estados Unidos y Brasil, lugares donde ha residido la artista.
En Suiza compuso su primer disco (A Contraluz, 2014, reeditado por Jazz Activist en 2017), que llevó por varias ciudades europeas y grabó finalmente en Nueva York. En Brasil compuso y grabó Araras (Jazz Activist, 2018) mientras presentaba su primer álbum.
Con una idea que nace en el flamenco y crece en el jazz, Toro ha pasado años preparando el camino hacia un lenguaje propio. Su permanente viaje físico le ha permitido contagiarse de músicos locales sin abandonar su raíz, lo que aporta acentos y texturas a su trabajo de solista. Ya sea con destacados artistas europeos, de la escena jazzística neoyorquina o con primeras figuras de la música brasileña, el proyecto tiene un denominador común: la flauta inconfundible de María. Dotada de una personalidad melódica distinguible desde la primera nota, Toro ha conseguido combinar sus dotes de compositora con un alto nivel de arreglos y producción. Todo ello lleva su firma, independientemente de sus acompañantes, dejando patente una verdad tan tópica como aplastante: la música no conoce fronteras. Y si se transporta a través de la flauta de Toro, se vuelve decididamente universal.