La catalana de ascendencia granadina Mónica Naranjo es una mujer de excesos, a lo grande y a lo chico. De sus conciertos exagerados en voz, dramaturgia y efectos especiales es capaz de pasar al extremo opuesto: ella un piano y sus canciones reducidas a la esencia como en la gira 'Madame noir'.

Y a lo clásico, aunque a la grandeza wagneriana de sus canciones el traje sinfónico le sienta muy bien redimensionando su sonoridad ampulosa.

Así, tras la espectacular gira Stage Tour, la atronadora cantante de Figueras decidió realizar una versión ‘íntima’, más cercana y con un planteamiento casi operístico de sus canciones. Para este empeño acudió al compositor Pepe Herrero quien realizó, en sus palabras, el “titánico esfuerzo” de adaptación a un esquema sinfónico junto con el coro Nur y la Symphonic Film Orchestra de Madrid.