Ptazeta

Ptazeta
Ptazeta

Letras de contenido sexual más o menos explícito (a menudo más que menos) que circulan sobre una base electrónica minimalista, repetitiva y que busca, más que nada, conducir al oyente cuanto antes a la pista de baile. Es la fórmula con la que la trapera Ptazeta está alcanzando el éxito a una velocidad vertiginosa.

En realidad se llama Zuleima del Pino González. Nació en en Las Palmas de Gran Canaria y se dedica al trap, un género que algunos definen como el punk por varias cosas, entre otras la reencarnación del famoso do it yourself de entonces, o tratar de crecer al margen de una industria discográfica en crisis, y una actitud desacomplejada, descarada y provocativa que se manifiesta sobre todo en unas letras cantadas sin pelos en la lengua.

Ptazeta, nacida en 1998, empezó a subir sus vídeos y sus canciones a las plataformas digitales en 2021, a veces sola y otras en compañía de otras, como las cantantes Aitana, Lola Indigo o Emilia Mernes, y otros, como los productores Juacko y Bizarrap, esa especie de Rey Midas que se ha hecho famoso en medio mundo por sus sessions y, especialmente, por la que grabó con Shakira.

Esa colaboración con Bizarrap, su sesión número 45, no sólo ha obtenido el respaldo del público en España y logrado cientos de miles de visualizaciones y reproducciones, sino que ha cruzado el charco y ha llegado, por ejemplo, a Argentina, donde también se encaramó a las primeras posiciones de las canciones más escuchadas (de una u otra forma, hay que insistir en ello)

Sus temas triunfan en las plataformas, como ya se ha dicho, pero eso no quita para que Ptazeta tenga también un contrato de distribución con una discográfica. Y de las grandes. Interscope, perteneciente al grupo UIniversal, confía en su talento y en su desparpajo. Sabe que ya no es sólo una figura emergente dentro del universo de la llamada música urbana, sino una auténtica realidad que también funciona en directo. Porque pese a ayudarse claramente de la tecnología -música enlatada, auto tune y demás- transmite una energía contagiosa que engancha a cada vez más aficionados.