Rod Stewart
Hace ya bastantes años desde que Rod Stewart -ahora con título de Sir- cambió el pantalón de piel de leopardo por el traje y adaptó su voz de lija a canciones bastante más próximas al jazz vocal que al rock que practicó cuando era joven. Pero a sus 77 años está en forma y sigue dando conciertos.
Nacido en Londres, aunque vinculado familiarmente a Escocia, Rod Stewart se inició en el mundo musical en la década de los sesenta. Fue músico callejero y estuvo en bandas de nula repercusión hasta que a finales de la década se enroló en la banda de Jeff Beck y poco después se unió a The Faces, donde coincidió con otro personaje que después se hizo también muy conocido: el guitarrista Ron Wood, ahora en The Rolling Stones.
De hecho, a The Faces los compararon muchas veces con los Stones. Sus influencias -fundamentalmente el blues y el rhythm & blues norteamericano- eran similares. Al frente de The Faces, Rod Stewart sí que saboreó las mieles del triunfo con temas como ‘Maggie May’, que fue número 1 en Estados Unidos. Sin embargo, la relación del cantante con el resto del grupo se fue enfriando porque el primero insistía en alternar su estancia en la banda con la edición de discos en solitario, así que terminó por marcharse.
Le fueron bien las cosas solo. Francamente bien, la verdad. Se trasladó a vivir a Estados Unidos y en 1978 hizo bailar al mundo entero con su single ‘Da ya think I´m sexy?’, aunque posteriormente tuvo que ceder las ganancias que obtuviera por sus ventas ya que el músico Jorge Ben le demandó por plagio.
A esas alturas, eso le importó poco. En los años ochenta, con un sonido en el que las guitarras cedieron protagonismo a los sintetizadores, Stewart coleccionó números uno con temas como ‘Tonight I´m yours’, ‘Some guys have all the luck’, ‘Baby Jane’, ‘Hot legs’... Según algunas estimaciones, en su etapa más fértil llegó a vender 250 millones de discos.
Ya en el siglo XXI, el artista decidió dar un giro a su carrera y puso rumbo a la música norteamericana de fácil digestión, a clásicos como el ‘Fly me to the moon’ que popularizó Frank Sinatra, por ejemplo. En 2002 sacó el primer disco de clásicos, ‘It hat to be you: The Great American Songbook’, y la jugada la ha repetido hasta en otras cuatro ocasiones. Algo que le ha proporcionado pingües beneficios entre unos consumidores menos rockeros pero probablemente de mayor poder adquisitivo.
‘The tear of Hercules’, publicado en 2021 por Warner Records, es su última referencia discográfica y su trigésimo primer álbum. Estilísticamente no aporta muchas novedades, aunque él dice que es “sin duda mi mejor disco en muchos años”. Lo cual contradice en cierto modo a algo que le dijo a Mick Jagger hace dos décadas: “¿Por qué os empeñáis en sacar nuevos temas si luego la gente en directo siempre os pide los mismos?”.
