The Who

Son tan pocos los mitos del rock que siguen vivo que casi se podrían contar con una mano. The Who están en ese escogido ramillete y para demostrar su estado de forma van a emprender en 2023 una gira que han titulado “Hits back!” y que los llevará al menos a tres ciudades europeas: París, Berlín y Barcelona. En esta última actuarán el 14 de julio.

De acuerdo, ya no están todos sus miembros originales. Falta Keith Moon, un baterista genial, tan efectivo como chiflado que nos dejó en 1978. Tampoco puede venir John Entwistle, uno de los primeros músicos que no concibió el bajo como un instrumento de acompañamiento sino más bien como una máquina de hacer virguerías. Falleció en 2002.

Pero quedan sus dos principales iconos: Roger Daltrey, cantante de garganta prodigiosa y carisma desbordante que se crece aún más encima de un escenario, y Pete Townshend, compositor principal y guitarrista superlativo, aunque se caracterice más por su sobriedad y versatilidad que por hacer solos interminables y cansinos.

Sin The Who no existiría el movimiento mod. Es muy probable que, al no tener esa fuente de inspiración, Paul Weller hubiera hecho con The Jam algo bastante diferente. The Who también fueron pioneros en ese género bautizado como ópera-rock, que pusieron en órbita con su disco “Tommy”. Sin ellos, en definitiva, no existirían canciones tan redondas y eternas como “My generation”, “I can´t explain”, “Won´t get fooled again”, “Baba O’Rilley”... Son obligatorios, esenciales, tremendos.

Influidos por el rock and roll clásico y por el rhythm & blues, se formaron en Londres allá por 1962 y alcanzaron la fama cuando, siguiendo la estela de The Beatles, lo hicieron varios otros grupos ingleses como The Kinks o The Pretty Things. Al igual que ellos, The Who fueron habituales en las listas de éxito, hasta el punto de que colocaron  27 canciones en los primeros puestos en su país y en Estados Unidos. Se calcula que a lo largo de su carrera han podido vender más de cien millones de ejemplares.

Con todo, era en directo donde se comportaban como un auténtico huracán que arrasaba todo a su paso. Se convirtió casi en una obligación que Townshend rompiera su guitarra para poner punto final al bolo. Aquello era un torrente de energía que se prolongaba en las míticas fiestas que montaban después en los hoteles. Sus habitaciones solían quedar arrasadas.

Esa actitud bestia y destructiva les caracterizó hasta la década de los setenta, aunque por entonces el grupo se mostraba ya algo más comedido en sus discos. En perlas como “Who´s next” (1971), el directo “Live at Leeds” (1970), “Quadrophenia”, publicado en 1973 y que sirvió también de banda sonora para una película homónima, o “The kids are alright”, con el que, en 1979, pusieron broche a una segunda y fantástica década de carrera.

La banda se separó en 1983 aunque se reunió en 1985 para participar en el festival benéfico Live Aid. En los años 1996 y 1997, los tres miembros originales que quedaban con vida hicieron una gira mundial y en el año 2000 empezaron a grabar nuevos temas, aunque la muerte de Entwistle truncó la posibilidad de que se plasmara en un álbum.

Por lo menos es lo que sucedió en ese momento, porque tras deliberarlo mucho, Daltrey y Townshend decidieron que querían seguir tocando juntos -lo seguían haciendo por separado, y en el caso de Daltrey con bastante éxito, como lo acredita su canción “Free me”, tema central de la película Mc Vicar- y en 2006, bajo el nombre de The Who, salió a la venta el disco “Endless wire”, con el que volvieron a las primeras posiciones de las listas. En 2019 repitieron suerte con “Who” (Interscope/Polydor), su última referencia y la que hace el número 14 en su discografía.

En directo se suelen hacer acompañar por músicos de apellidos ilustres como el baterista Zak Starkey (sí, hijo de Ringo Starr), pero en esta gira lo que llama la atención es la presencia en el escenario de una orquesta. Así que al placer de escucharles tocar y cantar los grandes éxitos de siempre encima de un escenario se une el aliciente de que esas canciones vengan envueltas en un elegante ropaje.