Cantajuego
Cualquiera que tenga niños pequeños sabe el papel tan fundamental que juega para ellos la música. Es una parte crucial para su aprendizaje y para su crecimiento, y es obvio que les va a entrar mucho mejor cuando viene acompañada por juegos, con actividades con las que se diviertan.
Ese papel lo cumplen Cantajuego, formación integrada por chicos jóvenes de ambos sexos que, a falta de que el tiempo diga si han trascendido a las siguientes generaciones con su legado musical, que es algo de lo que sí pueden presumir Gaby, Fofó, Miliki y los demás Payasos de la Tele, por lo menos sí que tiene claro cuáles son sus objetivos y cómo cumplirlos.
Su idea es básica: entretener, resultar divertidos y, de paso, enseñarles a los niños alguna que otra cosa. Cantan, juegan, bailan, hablan de personajes como el payaso Tallarín, enseñan qué forma tiene una cuchara y un tenedor… Todas las cosas que hacen las hacen bien y son cosas útiles, instructivas y que tienen un trabajo detrás.
Porque Cantajuego, como ellos mismos definen, es un “proyecto pedagógico-musical en formato audiovisual, desarrollado por especialistas en la estimulación psicomotriz y el trabajo psicopedagógico”. Aclaran que esa fórmula funciona para niños de entre cero y seis años y que sus canciones les sirven no sólo para estimular su fantasía, sino también para otras muchas cosas: desarrollar la psicomotricidad, potenciar el mundo afectivo, educar el oído, desarrollar el sentido rítmico y mejorar la voz y la expresión corporal.
Lo suyo es para divertirse pero sus éxitos no son para tomárselos a broma. En sus 18 años de carrera –con obvios cambios de formación, por supuesto- han vendido más de millón y medio de discos y han llevado a más de un millón de espectadores a sus actuaciones. En España, claro, donde son muy famosos, pero también en países hispanoamericanos como México o Argentina. Y hasta se han atrevido a traducir sus canciones al italiano para lanzarlas allí.