El Cuarteto de Nos
En una hipotética lista de grupos inclasificables habría muchos nombres. Y uno de ellos sería sin ninguna duda El Cuarteto de Nos. Porque a la (casi siempre) inevitable pregunta que hace el recién llegado -que es la siguiente: “¿Qué hacen éstos?”- uno no sabría muy bien qué contestar. Porque parten de una base evidente de rock, con sus guitarrazos y todo, pero también se observa una tendencia a mezclarlo con estilos más urbanos, como el rap, y en general casi con cualquier cosa que remita a la experimentación, a no quedarse con lo establecido, a buscar siempre nuevos caminos.
O sea, que el quinteto uruguayo que comanda el cantante y guitarrista Roberto Musso es de todo menos previsible. Y así viene siéndolo desde sus orígentes, que hay que buscarlos en la ciudad de Montevideo y nada menos que en 1984, cuando Roberto, junto a su hermano Ricardo a la batería y con Santiago Tavella como bajista, empezaron a actuar en teatros y salas locales para hacer, sobre todo, versiones de bandas consagradas como Led Zeppelin.
Desde entonces han pasado muchas cosas. Por ejemplo, bastantes cambios de formación, hasta el punto de que sólo Roberto Musso y Tavella se mantienen de la alineación inicial. Aunque es verdad que el baterista Álvaro Pintos se unió en 1985, cuando el grupo estaba empezando a andar. También, que han publicado 17 discos, primero en pequeñas compañías independientes y luego en multinacionales. Sin embargo, para ‘Lámina once, editado en 2022, recurren a otra indie, Porfiado Records, especializada en trabajar para plataformas digitales. El signo de los tiempos.
También ha sucedido que, en el trayecto, El Cuarteto de Nos se ha convertido en una referencia inexcusable en la música de su país y también de otros de Hispanoamérica, como México, Chile, Colombia y Argentina. Y asimismo, han ganado importantes premios como los Grammy Latinos, los Gardel (el más prestigioso de cuantos se conceden en Argentina) o los Iris, organizados por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España.
Un palmarés que no está nada más para una banda que no es comercial en el más estricto sentido de la palabra, que siempre ha mantenido una apuesta por la independencia y por hacer en cada momento la música que más le apetecía, aunque para algunos oídos sonara rara. Se han salido con la suya, después de todo.