Joaquín Pascual
El albaceteño Joaquín Pascual fue la mitad de esos Surfin’ Bichos que mutaron tras la escisión en Mercromina y más tarde en Travolta. En su carrera en solitario ha publicado siste discos: “El ritmo de los acontecimientos”, publicado en 2009, fue un primer paso al que siguieron “La Frontera” (2012), “La Frontera Scores” (2013), “Una nueva psicodelia” (2015), “EX” (2018), “Valencia 2019” (2021), “La Frontera Scores Vol. 2” (2021) y 'Baladas para un Atraco' (2023).
Su historia es la de alguien que, pudiendo ganarse la vida a base de nostalgia, ha preferido ser relevante. Aunque eso sería empezar por el final. En el principio, están Surfin’ Bichos, el primer grupo en el que militó este valenciano de nacimiento (Ayora, 1964). Al menos, la primera formación “mencionable”, en palabras del propio Joaquín. Para entender la trascendencia del combo albaceteño, es necesario arrojar algo de luz sobre el contexto en el que surge la banda. Para ello, hay que remontarse al final de la década de los 80, cuando la Movida agonizaba. Por aquel entonces, con una escena independiente nacional aún en ciernes, la irrupción de Surfin’ Bichos, con Pascual a la guitarra y los teclados, lo cambió todo. Su impacto se extiende más allá del 94, año en el que termina la aventura. Surfin’ Bichos fue el punto de partida de muchas cosas; también de otros conjuntos musicales.
De sus cenizas nace Mercromina, con antiguos compañeros de formación y con Joaquín Pascual aportando voz, guitarra y teclados. Diez años de recorrido que van desde 1995 a 2005, resultando en una producción que incluye cinco LPs y cuya influencia escapa al control de los números.
Travolta, junto al también surfin’ bicho Carlos Cuevas fue su último combo antes de iniciar su andadura en solitario.
Hablar de Joaquín Pascual, por tanto, es hacerlo de un cantante y compositor en constante búsqueda, con un discurso propio, alejado de modas y de la mercadotecnia imperante.
Su último disco en solitario, 'Baladas para un Atraco' (2023), fue grabado con Paco Loco en el Puerto de Santa María, han colaborado Fernando Alfaro, Fino Oyonarte y Carlos Cuevas. En el prólogo, Nacho Vegas reflexiona sobre esta colección de canciones inspiradas en el noble arte de atracar bancos: ‘Pocas cosas desprenden una belleza tan parecida como las canciones y los atracos a bancos. Se podría decir que ambos son, en esencia, actos de amor. De muchas canciones emana una suerte de justicia social; de los atracos, una justicia poética. Y viceversa.’