Ludovico Einaudi
Sería imposible enumerar a todos los artistas que, partiendo de una formación clásica, han ampliado su radio de acción para abarcar otros estilos que en realidad, vistas las cosas con amplitud de miras, no son tan contrapuestos. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de música; de notas, acordes, melodías, armonía. De un lenguaje universal, en definitiva.
Este pianista y compositor italiano, nacido en Turín hace 67 años, es un ejemplo de esa capacidad para aunar géneros, para sacarle partido a todos. Lo suyo lo han asimilado, quizás premeditadamente, con el minimalismo que caracterizó a Michael Nyman y a otros autores de la llamada New Age. Pero una escucha más pormenorizada de sus creaciones permite ver conexiones con el rock progresivo o hasta con la música ambiental que estaba presente en las primeras grabaciones en solitario de Brian Eno.
La de Ludovico Eunaudi no es música para bailar, no amenizará una fiesta por más veces que suene. Más bien invita a pensar, a reflexionar, a meditar, a trasladarse mentalmente y sobre todo a estar muy atento a todo lo que está sonando, porque de lo contrario se perderán muchos matices. Hay que apreciar su piano, por supuesto, pero también, cuando se acompaña de otros músicos, del trabajo de los violines, la percusión… Todo conforma un conjunto armónico, más hipnótico que repetitivo. Y todo tiene un sentido, una impresión como la que produce una buena película: planteamiento, nudo y desenlace.
Debutó en el terreno discográfico en 1988 con ‘Time Out’ (1988) y desde entonces ha publicado otros 23 álbumes, el último de ellos lanzado en 2022 por la compañía Universal. Aparte de eso, ha incluido una treintena de composiciones para cine y televisión y para espectáculos de teatro y danza. No cabe duda de que es un músico prolífico.
Pese a todo, no es alguien que goce de una popularidad mundial. Obviamente sí que cuenta con el respeto de la crítica especializada y con la admiración de un buen número de melómanos, pero lo más cerca que ha estado de ser una celebridad en el mundo de la música fue cuando, en 2011, hizo la banda sonora de la película francesa Intocable. Es probable que muchos lo conozcan sólo por eso, y sin ánimo de enmendarle la plana a nadie, eso significa que se están perdiendo mucho.