The Human League

The Human League
The Human League

La canción ‘Don't you want me’, el mayor éxito en la carrera de The Human League, es la síntesis perfecta entre una melodía pop arrebatadora, unas voces extraordinariamente conjuntadas y unos arreglos de sintetizador cautivadores, todo ello sobre una letra real como la vida misma y un estribillo glorioso. Todo eso, junto, es la sublimación de un estilo inmensamente famoso en la primera mitad de los ochenta, el tecno pop, pero a diferencia de otras muchas canciones ramplonas que se hicieron por entonces con herramientas similares, ha sobrevivido tan campante al paso de los años y las décadas. Y lo seguirá haciendo porque es hermosa, porque tiene ese algo que convierte a unas pocas pero privilegiadas canciones en eternas.

En la ciudad inglesa de Sheffield, Ian Craig Marsh y Martyn Wire montaron en el año 1977 un grupo para hacer la música electrónica que les gustaba. Buscaron un cantante, no consiguieron que Glenn Gregory, entonces en Heaven 17, les dijera que sí, pero en cambio sí que consiguieron reclutar a Philip Oakey, un muchacho con una voz de barítono que, pensaron, podría encajar en su proyecto.

El trío alcanzó un limitado éxito en el Reino Unido pero, en 1980, Marsh y Wire decidieron integrarse en Heaven 17, lo que llevó a Oakey a la disyuntiva de seguir o dejarlo. Optó por lo segundo pero abrió el grupo a otras vías (hasta el punto de que se integró en ella un guitarrista, Jo Callis), incorporó a Joane Catherall y Susan Ann Sulley como coristas, lanzó el disco ‘Dare’, su tercer álbum, lanzado por Virgin Records en 1981,con la nombrada ‘Don´t you want me’ como single bandera, y se podría decir que el resto es historia.

Aunque en realidad The Human League es una banda con dos caras. Tiene su innegable lado comercial, que cristalizó después en otros grandes éxitos como ‘(Keep feeling) Fascination’, ‘The Lebanon’ o ‘Mirror man’, pero siempre han mantenido su gusto por la experimentación.

Los ochenta fueron su década, indudablemente, pero pasada esa etapa han seguido haciendo cosas interesantes de vez en cuando. Es muy recomendable, ‘Credo’, lanzado en 2011 por la independiente Wall of sound y que supone más reciente trabajo. Es un disco en el que, de los que arrasaron en las listas en sus inicios, sólo quedan Oakey, Catherall y Sulley. Obviamente, el tiempo no pasa en balde y a estas alturas ha cambiado bastante el aspecto físico de estos tres componentes, que antes era sin duda un atractivo añadido. Pero siguen quedando sus canciones, las antiguas y algunas de las más nuevas. Verlos no es sólo una concesión a la nostalgia, o no debería serlo. Sigue siendo una banda con un discurso válido.

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