Daniel Higiénico
- Daniel Higiénico / Cantautores
El inclasificable cantautor catalán/mallorquín Daniel Higiénico cambió en su momento la mecánica de automóviles por la mecánica de canciones, y antes de que finalizara el siglo tuvo su muy merecido espacio de popularidad con la Higiénico Band, muy próxima al concepto del pop-rock deslenguado de la Cabra Mecánica, y como el Lichis también inició el siglo con su propio nombre. Pero lo suyo no fue flor de un día. En 2023 Daniel Higiénico publicó ‘Demasiado viejo para el reggaeton, demasiado joven para morir’.
Sí, a algunos igual les suena ese nombre. Es muy parecido al de un disco de Jethro Tull, sólo que en éste el protagonista confesaba estar mayor para el rock and roll. Signo de los tiempos y del sentido del humor que caracteriza toda su trayectoria, ha hecho un pequeño-gran cambio y mantiene el espíritu de la frase.
Precisamente el nunca bien ponderado Lichis se hizo cargo de la trastienda de '6.000 millones', un disco en el que el sin par Daniel Soler -su nombre 'extraoficial'- arrimaba su mordacidad a las músicas negras: jazz, swing, dixieland, cabaret, sonido New Orleans, etc…que firmó con su proyecto Blues Experienced tras seis años rumiándolo.
El polifacético 'cantactor' ha escrito una novela ('El Paseo Infinito') o un libro de micro-relatos ('Club Columbia'), ha publicado once discos, casi todos ellos bajo la fórmula de la autoedición, y ha estrenado varios espectáculos teatrales, entre ellos un espectáculo de performance-cabaret.
Siempre ha destacado por su sentido del humor, por sus letras políticamente incorrectas y por haber sabido aunar teatro con música, todo lo cual no le impidió gozar de esos diez minutos de fama de los que habló Andy Warhol. Porque Daniel Higiénico fue, en los años 90, la cabeza visible de Daniel Higiénico y la Quartet de Baño Band –de nuevo un ingenioso juego de palabras- que grabó canciones como ‘El poder de flipar’ o álbumes como ‘Lágrimas de chimpancé’. Aquello acabó, pero él sigue, tocando en salas de pequeña y mediana capacidad, apegado a lo que le gusta y metiendo un dedo en el ojo a muchos que se lo merecen.