Vuelve el hombre y lo hace con el show más divertido -como si alguno fuera aburrido- de todos: The Mex Mash Show, un espectáculo que nadie con espíritu navideño (o no) debe perderse.

El Vez

Detrás de los trajes de caucho y el lamé está Robert López, natural de Chula Vista en California-USA, quién creció refugiándose en el Arte de Dalí, Warhol y otros indómitos creadores, ya que como el mismo dice: Fuí un niño gordito, llorica y con pocos amigos.

Todo cambió cuando -el primero en su barrio- compró sus zapatos de plataforma de casi 20 cms de alto.

Nieto de abuelos Mejicanos e hijo de una familia políticamente activa, incluyendo un tío miembro de los activistas Chicanos The Brown Berets (Los boinas marrones), adquirió conciencia de sus orígenes latinos tarde y no hablaba nada de español hasta que tomo clases en la escuela de Chula Vista.

Su primer concierto en directo fue Led Zeppelin (1974) y el segundo, The New York Dolls a quienes claramente prefería si tenemos en cuenta sus trajes y accesorios durante sus actuaciones. Su primera experiencia Punk Rock fue viendo a Iggy Pop en la televisión y gracias a la influencia de su hermana Rhoda.

En 1976 Junto a su compañero de clase Javier Escovedo y tocando la guitarra, forman su primer Punk Rock band, the Main Streets Brats y posteriormente López sumaría a la banda a Hector Peñalosa al bajo y a su primo Karton “baba” Chanelle a la batería, cambiando su nombre por el de “The Zeros”, la primera banda genuinamente Punk de San Diego…pero esa es otra historia.

En 1988, Robert López estaba a cargo de la galería de arte Angelina, La Luz de Jesús y contrató un imitador de Elvis para abrir el local, vistiéndose el mismo como el Coronel Parker, el manager de Elvis. No le gusto mucho y pensó que el podía hacerlo mejor.

Lo que surgió de ese desafío fue lo que hoy conocemos como ELVez, el Elvis Mejicano, un amasijo de la cultura musical Norte Americana y Chicana, una mezcla de todas las músicas que han influenciado a este Punk Rocker de gusto exquisito y creatividad infinita.

Para contar las infinitas apariciones, los comentarios positivos de critica y fans, la excentricidad y complejidad de sus directos, la picardía política -siempre comprometida- y todas la incontables actuaciones y otros proyectos alternativos de Robert López, necesitaríamos un libro, así que por el momento, si nunca lo has visto en directo, te estás perdiendo una experiencia única.