Es posible que Argentina sea el país hispanoamericano donde más caló el rock anglosajón. Eso explica que de allí hayan surgido figuras como Fito Páez, Charly García, Andrés Calamaro, Ariel Rot y un largo etcétera donde se puede y se debe incluir también a Catupecu Machu.

Se trata de un grupo ecléctico que no le hace ascos casi a ningún sonido pero que se decanta en general por un rock fuerte, cercano a veces al metal y hasta a sonidos más industriales, pero que rara vez pierde de vista que lo fundamental en una canción es la melodía.

El grupo lo formaron en 1994 los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz, que falleció en 2006. El primero, cantante y principal compositor del combo, es el único que ha sobrevivido de la formación original, aunque es cierto que el baterista, Abril Sosa, se incorporó un año después de que la cosa fuera tomando forma. Todo fue en el inicio un poco raro, entre otras cosas la elección del nombre, que no significa nada porque es un animal imaginario que se inventaron para poder llamarse de alguna manera en su primera actuación.

La banda bonaerense grabó su primer elepé en 1997. Se tituló ‘Dale!’ y fue el inicio de una carrera en la que el grupo ha jugado en sus canciones con mucha simbología y ha manifestado su gusto por la fantástico. Eso se refleja por ejemplo en los títulos de algunos de sus álbumes: ‘Cuadros dentro de cuadros’ (2002), ‘El número imperfecto’ (2002) o ‘Simetría de Moebius’ (2009), todos ellos editados, como el resto de su producción, por la multinacional EMI-Odeon. La misma que tuvieron The Beatles, por cierto.

Después de lanzar siete discos, Catupecu Machu se disolvió en 2017 pero volvió a la actividad en 2022 para participar en algunos conciertos, entre ellos uno en homenaje a Gabriel Ruiz, en el festival Quilmes Rock, donde contaron con invitados de lujo como Sr. Flavio, de Los Fabulosos Cadillacs.

El directo ha sido siempre uno de sus puntos fuertes, no sólo porque tienen sentido del espectáculo y les gusta teatralizar las actuaciones, sino sobre todo por la curiosa forma de sonorizar los recintos en los que tocan. Utilizan por ejemplo el Sonido Surround 5.1, en el que hay cuatro fuentes emisoras, una en cada vértice de la sala, y una quinta sobre las cabezas de los espectadores, lo que crea un efecto envolvente.