Manu Chao
Estilo: Mestizaje/Fusión
El cantautor francés-español Manu Chao, que en realidad se llama José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, compositor y multiinstrumentista, y que en su día, antes de lanzarse en solitario, fue el líder del grupo Mano Negra, ya ha rebasado los sesenta años, pero sigue en forma y con ganas de agradar.
Hijo del periodista y escritor español Ramón Chao y sobrino del escritor y teólogo Xosé Chao Rego, se crio en un ambiente cultural muy rico en su infancia y primera juventud. Además de escritor y periodista, su padre fue un excelente pianista, ganador del Premio de Virtuosismo de Piano y caballero de las Artes y las Letras de Francia.
Chao comenzó su carrera musical en París, como músico callejero y tocando en grupos como Hot Pants y Los Carayos, que combinaban una variedad de lenguajes y estilos musicales partiendo del rockabilly. Con amigos y su hermano Antoine Chao, fundó la banda Mano Negra en 1987 y con ella logró un éxito considerable, sobre todo en Europa y América Latina. Sus directos eran una auténtica barbaridad y sus ocho discos, más un noveno recopilatorio, son testimonios para la historia.
Se convirtió en solista después de la disolución de Mano Negra en 1995, y desde entonces ha grabado discos con enorme repercusión -especialmente ‘Clandestino’, de 1998, y ‘Próxima estación: Esperanza’, de 2001, ambos editados con la discográfica Virgin, ha girado irregularmente con su banda en vivo, Radio Bemba, y ha vivido entre Barcelona y París.
Es conocido por sus ideales políticos y por su abierto apoyo a diversas causas sociales. Muchas de sus canciones hablan sobre el amor, la vida en los guetos y la inmigración, dado que la familia del cantante emigró de España a Francia durante los años de la dictadura de Franco.
En clave de reggae, pero también de pachanga, de blues o de rumba, canta y habla en francés, catalán, español, inglés, gallego, portugués y ocasionalmente en otros idiomas. Se conoce el mundo casi como la palma de su mano y además le ha gustado vivir a pie de calle y no en grandes hoteles, aunque se lo hubiera podido permitir, porque ha vendido más de seis millones de discos.
Con el tiempo ha espaciado sus lanzamientos discográficos. En ‘La Radiolina’ (Because Music, 2007) se acerca a la música italiana y a la brasileña para demostrar una vez más que la música no tiene fronteras. Ni la humanidad, dicho sea de paso. Y como ya ha quedado dicho que es un animal de escenario, continúa dando conciertos en los que sus seguidores terminan exhaustos pero felices.