Tulsa
Bajo el nombre de Tulsa se esconde el universo de Miren Iza, una guipuzcoana (Fuenterrabía, 1980) que comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la música con el grupo de riot girrls “Electrobikinis” haciendo Punk-rock y surf cantado en inglés. A partir de su separación, Miren Iza comienza a crear canciones en castellano que llegan y describen lo más hondo del alma humana. En 2002 Mirem, acompañada de Alfredo Niharra a la guitarra empieza a dar pequeños conciertos y a perfilar el futuro de Tulsa.
La magnética presencia de Miren, una cantante y compositora con un don especial para cautivar con desnudos emocionales, crece sobre una exquisita partitura de regusto folk rock. El amor, el desamor, la melancolía, la tristeza y, sobre todo, la honestidad, son los puntos fuertes de esta vasca que confiesa: “Me gusta la gente que deja partes de sí en las canciones; la sinceridad en la música es difícil de objetivar y no se sabe por qué vías se percibe, pero es esencial; hay mucha mierda impostada por ahí”. Además, es destacable el poso de palpable realidad que suponen todos sus temas, porque como la propia Miren argumenta: “En general me atrae la gente y las biografías de gente que se mete en el barro y huele a humanidad”.
Definidos por El País como “algo así como Cecilia cantando con los Jayhawks como banda de acompañamiento”, las referencias musicales de Tulsa alcanzan desde el rock americano de raíces (Gram Parsons, Dylan) hasta personajes más cercanos como Nacho Vegas o Christina Rosenvinge.
Su séptimo álbum, “Amadora” (2023), es una obra conceptual y rica en matices sobre el amor, el dolor o la amistad, sin dejar de lado las canciones que la han llevado a colocarse como referencia del pop de autora nacional.