Echo & The Bunnymen
- Echo & The Bunnymen / Post-Punk
Echo & The Bunnymen
Sólo por haber hecho una canción tan descomunal como ‘The killing moon’, Echo & The Bunnymen ya merecen un lugar en el paraíso. En el del rock y en el otro. Pero es que por fortuna su discografía es extensa y está poblada de otros temas francamente buenos. Así que miel sobre hojuelas, como se suele decir.
Cuando empezaron a despuntar, a principios de los ochenta, en el mundo anglosajón, tan dado a esas cosas, se estableció una especie de comparación, una encuesta para determinar quién era mejor: U2 o Echo & The Bunnymen. Nada nuevo bajo el sol, ciertamente. Antes pasó con Beatles y Rolling Stones y después con Blur y Oasis.
Si tiene interés ese dato es porque da idea de lo fuerte que llegó a pegar este grupo, fundado en Liverpool en 1978. Por entonces, lo que más llamaba la atención es que no tenían baterista sino una caja de ritmos a la que bautizaron con el nombre de Echo. Los Bunnymen (conejitos) que sí tocaban instrumentos eran Ian McCulloch (voz, guitarra), Will Sergeant (guitarra) y Les Pattinson (bajo). Echo, al cabo de no mucho tiempo, fue sustituida por una persona de carne y hueso, Pete De Freitas.
Su trilogía inicial es impresionante. ‘Crocodiles’, ‘Heaven up here’ y ‘Porcupine’ son joyas de pop-rock con toques psicodélicos que les hicieron ganar una legión de seguidores en su país. Y su éxito se extendió al resto de Europa e incluso a los Estados Unidos con su siguiente álbum, ‘Ocean Rain’, más épico y en cierto modo emparentado con el sonido oscuro que transmitían bandas como The Cure.
En 1984, por así decirlo, el mundo era suyo. Pero su estrella comenzó a declinar en 1987 y un año después McCulloch decidió irse la banda. Casi todos pensaron que sería el final del grupo, sobre todo tras la muerte en accidente de Pete De Freitas en 1989. Los que quedaban reclutaron a un nuevo cantante, Noel Burke, y lo siguieron intentando, pero aquello fue un fracaso.
Sin embargo, en 1997 la banda volvió a los estudios y a los escenarios y, aunque es bastante probable que no alcancen de nuevo el esplendor que llegaron a tener, sigue mostrándose como un grupo solvente, honesto y que aún tiene capacidad para derramar buenas canciones.