Kokoshca
- Kokoshca / Pop-rock/Indie
Precio: 13,20€.
Venta anticipada: notikumi.com.
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Kokoshca + Comanche
Kokoshca
El grupo navarro Kokoshca nació en 2008 y en 2023 ha querido celebrar sus quince años de existencia con el lanzamiento de un EP, titulado ‘Nuestro futuro’ y publicado por Sonido Muchacho, en el que el cuarteto, aunque lógicamente ha evolucionado en todo este tiempo, mantiene las coordenadas con las que nació. Sus componentes creen aún vigente el lema del punk -o sea, que no hay futuro- pero por si acaso continúan haciendo canciones en las que ese espíritu punkarra que les alumbró se cruza con un rock más puesto al día y hasta con pinceladas pop que se agradecen mucho.
Amaia Tirapu e Iñaki López comparten guitarras, voces y composición en el grupo desde el principio y como dúo debutaron con ‘Únete a Kokoshca’ en 2008 bajo el paraguas de la independiente Birra y Perdiz. Se les comparó, por actitud y por letras, con gente como Los Punsetes, y de hecho colaboraron con algunos de sus componentes, y también con Antonio Luque, alias Sr. Chinarro. Empezaron fuerte, vamos.
Íñigo Andión (bajo) y Álex López (batería) completan una banda que desde entonces ha editado otros cinco discos, tres de ellos con la citada disquera Sonido Muchacho. Han sido habituales en carteles de festivales y hasta se han permitido el lujo de actuar en una ciudad tan rockera como Nueva York, algo que sucedió en 2016 y con la compañía de Izal y Joe Crepúsculo.
Amantes de dar y recibir colaboraciones, han grabado con personajes en el fondo no tan distantes de ellos, como El Drogas, y Amaia ha prestado su voz a Los Planetas. Esto demuestra que son heterogéneos, una circunstancia que también se deduce por su versatilidad a la hora de escoger a productores. Kaki Arkarazo, artífice del sonido en algunos discos de Soziedad Alkohólica, Amparanoia o Manta Ray, ha estado en el control de uno de sus álbumes, ‘El mal’, que vio la luz en 2018.
En 2023, con el mencionado EP ‘Nuestro futuro’, quieren dar un paso más y se arriman a la electrónica y hasta al rap. Siguen siendo habituales en carteles de festivales y en salas de mediana capacidad y de vez en cuando se asoman al extranjero, por ejemplo a los Países Bajos, para dar buena cuenta de su curiosa y efectiva fórmula musical.