El Último de la Fila
El cantante Manolo García y el guitarrista Quimi Portet, que ya habían coincidido en Los Burros, formaron en 1984 El Último de la Fila, triunfaron a lo grande y lo dejaron en 1998. En 2023 regresan, por lo menos para revisar algunos de sus grandes éxitos. ¿Tendrá eso continuidad? “Después puede haber una gira como puede no haberla”, contesta, enigmático, Portet. Al oír eso, miles de aficionados se muerden las uñas.
Porque aunque los dos componentes continuaron en solitario, el vocalista llenando pabellones y plazas de toros y el guitarrista de manera más modesta, haciendo algo muy distinto y empleando el catalán como vehículo de expresión, lo cierto es que los partidarios del retorno son muchísimos.
La fórmula de Él Último de la Fila empezó de manera titubeante pero terminó arrasando. Sus dos primeros discos –‘Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana (1985)’ y ‘Enemigos de lo ajeno (1986)’- presentaban a un grupo con una propuesta novedosa. Aportaban elementos del pop de toda la vida, guitarrazos rockeros y un deje aflamencado.
Eran ellos los que componían, pero a su lado hubo desde el principio músicos fieles como el bajista Antonio Fidel o el percusionista y teclista Juan Carlos García Guillermo contribuyeron a crear un sonido tanto en estudio como en directo que fue ganando fieles paulatinamente, hasta el punto de que ‘Como la cabeza al sombrero’ (1988), su tercer largo -o el cuarto, si se incluye el de remezclas de sus dos primeros elepés-, ya fue un superventas en toda regla.
Con ‘Pequeño catálogo de seres y estares’, publicado en 1990, cambiaron de siglas y cambiaron de la independiente PDI a la multinacional EMI. Supuso eso una mejor distribución y una mayor difusión de sus canciones, que a su vez empezaron a tener una orientación más comercial.
El disco fue número uno en ventas, la gira que lo siguió congregó a más de 750.000 personas en recintos que antes ni imaginaban que podrían llenar y, en fin, se abrió su época dorada, no ya sólo en España sino también en Iberoamérica. Hasta fueron teloneros de Tina Turner, aunque eso no les abrió la puerta del mercado anglosajón.
No obstante, les siguió yendo francamente bien. ‘Astronomía razonable’, lanzado en 1992, vendió la friolera de un millón de copias y del disco se extrajeron nada menos que seis singles, entre el que estaba la que probablemente ha sido su canción más radiada, ‘Como un burro amarrado a la puerta del baile’.
‘La rebelión de los hombres ranas’, que vio la luz en 1995, les pilló un poco cansados, saturados de todo ese trajín que conlleva el éxito masivo. El disco vendió mucho, peor más por inercia que por el contenido. El dúo lo interpretó como la señal de que había que parar y empezó a hacerlo de forma escalonada, sin grabar nuevo material pero tocando en directo. Manolo García y Quimi Portet empezaron a hacer cosas por su cuenta y a principios de 1998 anunciaron que su sociedad se disolvía, que no daba más de sí.
Pero como les pasa a muchos otros, después, mucho después, han caído en la tentación de regresar. En 2023 se reúnen para regrabar algunas canciones añejas, dándoles otro envoltorio. La primera, ‘Lejos de las leyes de los hombres’, olvida su raíz árabe y se muestra más pop. Las imágenes de García y Portet en el estudio de grabación los muestra relajados y felices.